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18ª FERIA DEL LIBRO DE GUADALAJARA

Oriol Bohigas recibe un homenaje por su capacidad de provocación

El arquitecto catalán recibió el Premio ArpaFil de arquitectura

El maratón de elogios abrumó a Oriol Bohigas: agitador de la arquitectura y el urbanismo, provocador cultural, renacentista en cuanto a conocimientos y actividades, impaciente positivo, maestro de generaciones, izquierdista cándido, dedicación comprometida a la función pública... El arquitecto recibió, el viernes, el Premio ArpaFil de arquitectura y un homenaje en el último gran acto cultural de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

"Hay que refundar las ciudades para que dejen de provocar injusticia"

Se le nublaron los ojos en algún momento, pero respondió al panegírico con su habitual ironía y humor. "Me emociona, me gusta y me honra". También se puso serio: "Hay que refundar las ciudades", dijo. "Ya sé que queda bien decir que no interesan los homenajes, medallas y premios, pero a mí me gustan. Me gusta que alguien se tome la molestia de darme un papel o una pluma". En el auditorio Juan Rulfo y ante más de 500 personas, explicó sus razones. "Me gusta porque es un premio mexicano que recibo en vísperas de cumplir 80 años. Mi generación vio en México el símbolo de todo lo positivo. Es el país donde se refugiaron muchos republicanos catalanes que perdieron la guerra. Para nosotros, Cataluña estaba en México, mientras en España se nos robaba nuestra patria y nuestro derecho a la lengua. Y me gusta, porque me lo dan precisamente en una feria dedicada a la cultura catalana".

"Y me gusta que me lo hayan dado en la clausura de las jornadas ArpaFil dedicadas este año a un tema que me ha apasionado durante mis 50 años de arquitecto: el futuro de las ciudades". Y ahí se puso serio. "El 80% de la población vive en ciudades. Se dice con optimismo, pero tiene un lado muy negativo: más de la mitad de ese 80% cree que vive en ciudades. En realidad, viven en suburbios inhabitables y sin servicios. Hay que refundar las ciudades, algunas ciudades".

Periodistas mexicanos le preguntaron en la rueda de prensa previa a la ceremonia del premio lo qué pensaba sobre el crecimiento de México DF (más de 20 millones de habitantes). "Muy mal. Se han cometido errores difícilmente rectificables. Las ciudades son físicamente cerradas, empiezan y acaban, cuando se convierten en ciudades excesivas, que crecen como una mancha de aceite, que lo invaden todo, el campo y el paisaje, son inhabitables. Creo que no tienen remedio. Habría que dividirlas en ciudades más pequeñas. Refundarlas para corregir las situaciones que provocan de injusticia social y cultural". "Lamento este pronóstico pesimista al final de este acto, pero lo compensa la alegría de este premio y de los compañeros arquitectos".

Los compañeros arquitectos y otros que no lo son consiguieron emocionarle. Abrió la velada la directora de la FIL, Nubia Macías: "Bohigas ha contribuido a que Barcelona se ponga guapa, como dicen allá. Ha demostrado cómo se puede transformar una ciudad que vivía de espaldas al mar. Gracias a su impulso se ha abierto no sólo al mar sino a todos, es más cálida y humana y sirve de inspiración para muchas otras ciudades".

Miquel Adrià, arquitecto catalán radicado en México desde hace 10 años, trazó un perfil de la trayectoria de Bohigas y le calificó como "el agitador cultural más importante de la segunda mitad del siglo XX". "Con Bohigas siempre ha habido un antes y un después. Es un arquitecto completo en el sentido renacentista". Además de su trabajo propiamente dicho, ha ejercido la docencia y es un crítico inquieto". "Ha convertido Barcelona en una ciudad mejor y ha impulsado una generación de maestros de arquitectos".

Jordi Garcés se centró en los motivos que hay para celebrar el premio a Bohigas. "Su último libro, Contra la incontinencia urbana, es magnífico. Está en él todo lo que siempre ha defendido y, sobre todo, su reivindicación del carácter artístico de la arquitectura". "Ha tenido una dedicación continuada a la función pública, primero como responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, luego como concejal de Cultura. Ha dirigido la Escuela de Arquitectura y, ahora, el Ateneo barcelonés, en el que ya se empiezan a ver sus ataques de actualización y agilización", siguió el arquitecto catalán. "La reconstrucción del Pabellón Mies van der Rohe, en los ochenta, un hito para Barcelona y para el mundo".

Más motivos de celebración, según Garcés: "Su capacidad de dar juego y agitar. Su dedicación a la Cultura con mayúscula, relacionando arquitectura con pensamiento y cultura. Su capacidad para engarzar lo antiguo y lo actual. Su impaciencia, cuando él se impacienta es que algo no va bien o va demasiado lento. Su incapacidad para el rencor". "Es un hombre cultivado, provocador y divertido", resumió.

El filósofo Xavier Rubert de Ventós puso el dedo en la llaga: "Cataluña necesita que alguien la desconcierte", como Bohigas. Destacó su capacidad para "generar espacios de calidad". Puso el ejemplo de la Villa Olímpica de Barcelona. "Insistió en que no debía tener un impacto traumático en la ciudad y tampoco estar lejos de ella. Encontró la distancia justa".

"Tiene Bohigas la visión de un izquierdista cándido", añadió el filósofo: "La extrema riqueza y la extrema pobreza difícilmente son compatibles con su entorno. La una no lo cuida y la otra se lo tiene que comer. En un mundo de diferencias tan grandes no puede crecer una ciudad". "Bohigas se ha tomado este compromiso en serio. En un mundo que se muere de hambre y otro que se muere de colesterol, la ciudad no es posible".

Oriol Bohigas (derecha) junto a José Trinidad Padilla, rector de la Universidad de Guadalajara.
Oriol Bohigas (derecha) junto a José Trinidad Padilla, rector de la Universidad de Guadalajara.EFE

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