La Feria de Durango estrena imagen y apuesta por la literatura infantil

La Feria de Durango, el principal mercado de literatura y música en euskera, abre de nuevo sus puertas hasta el próximo día 8. Su 39ª edición presenta diversas novedades, empezando por la nueva imagen del evento, un logotipo que combina la letra G de Gerediaga (la asociación organizadora) y la D de Durango. Aprovechando que el recinto ferial, inaugurado en 2003, funciona ya a pleno rendimiento, se ha recuperado el aula de literatura infantil.

La feria abrirá a las 10.30. Por la tarde, la organización homenajeará al escritor y miembro de Euskaltzaindia José Luis Álvarez Emparantza, Txillardegi.El fruto del esfuerzo creativo de los escritores y músicos euskaldunes cabía ayer en cuatro camiones, en los que llegó al recinto ferial el grueso de los productos que durante los próximos días podrán observarse y comprarse en Durango. Hileras de operarios se afanaban para trasladar todo ese material a sus correspondientes casetas -este año serán 297-, distribuidas en tres calles: Artekalea, Goienkalea y Barrenkalea. Si se cumplen las previsiones de los organizadores, unas 120.000 personas las visitarán hasta que la feria cierre sus puertas. Ése fue precisamente el número de visitantes de la pasada edición, que se cerró con ventas cercanas al millón y medio de euros. Este años se presentan 382 novedades.

La jornada de montaje transcurrió con más tranquilidad que en años precedentes. "La infraestructura ya está asentada. El año pasado fue algo más caótico porque se estaban terminando en aquel momento las obras", comentaba ayer el actor y representante de la revista Argia Kike Amonarriz mientras transportaba parte del material a su caseta.

En una esquina del pabellón recibía los últimos retoques el aula de literatura infantil y juvenil, "una vieja novedad", según palabras de una representante de la organización, que se recupera después de dos años en los que había desaparecido debido a la falta de espacio.

Lo que no se podrá recuperar ya este año es la tradicional jornada dedicada a los escolares y los profesionales del sector. El calendario ha querido que el puente festivo durante el que se celebra la feria dure esta vez cinco días e incluir esa jornada hubiese supuesto alargar un día más los actos previstos, algo que los expositores no veían con muy buenos ojos, ya que el posible aumento de ventas no compensa los gastos añadidos que supondría permanecer un día más en la localidad vizcaína.

Quienes más han sentido esa pérdida han sido los centros escolares, muchos de los cuales se han puesto en contacto con la organización para expresar su disgusto. "Vista la reacción de las escuelas, de alguna manera nos tendremos que replantear de nuevo el recuperar ese día", reconocía ayer el director del evento, Jon Irazabal.