Casi 600 toxicómanos han utilizado la 'narcosala' de Bilbao en su primer año

Un total de 594 toxicómanos han utilizado la narcosala que la ONG Médicos del Mundo gestiona en Bilbao desde su apertura el 25 de noviembre de 2003. La ONG hizo ayer balance y ofreció una serie de datos estadísticos que resumen este año de trabajo: desde su inauguración y hasta el pasado día 24, la sala de venopunción ha recibido 14.759 visitas; el 83% de los usuarios son hombres y el 17% mujeres; un 9,2% son extranjeros; el perfil del usuario medio es el de un varón español de 36,5 años, empadronado en Vizcaya, que consume drogas por vía intravenosa desde hace tres lustros; el 70,3% de los visitantes de la sala ha decidido usarla merced a los comentarios de otros usuarios; un 22% vive en la calle.

El programa también ha permitido constatar un aumento alarmante en el consumo de cocaína inyectada, una conducta de riesgo ya que el drogodependiente se inyecta mucho más a menudo -hasta cuatro veces diarias- que los consumidores de heroína por vía intravenosa. De los usuarios de la narcosala durante este año, un 30,2% ha consumido heroína, el 47,5% cocaína y el 22,3% restante, la mezcla de ambas sustancias.

La oferta de las instalaciones se ampliará el próximo mes con la puesta en marcha de una sala para el esnifado de narcóticos ante el progresivo aumento de esta modalidad de consumo entre toxicómanos que tienen dificultades para emplear la vía intravenosa (242 consumos aspirando la droga en un año). Desde que se permitió el consumo compartido de sustancias en febrero pasado, se han contabilizado 2.072 casos de esta modalidad. En este año, además, se han dispensado cerca de 50.000 jeringuillas y kits de inyección.

Rechazo vecinal

Durante este año, los recelos iniciales de los vecinos de la zona han ido difuminándose ante la ausencia de incidentes relevantes. Un equipo de la UPV está elaborando un estudio más detallado sobre la reacción del vecindario y los transeúntes del lugar, en la céntrica calle Bailén.

Médicos del Mundo mostró su "orgullo" por el desarrollo de la experiencia, según su presidenta en Euskadi, Celina Pereda, quien presentó los datos junto al consejero de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, cuya Dirección de Drogodependencias impulsó el proyecto, y de Juan María Aburto, diputado vizcaíno de Acción Social, que respalda económicamente la iniciativa. Ambos coincidieron en que la narcosala presta un gran servicio no sólo a los toxicómanos en situiación de marginación, sino a la sociedad en su conjunto.Algunos drogadictos han calificado la sala de venopunción como "un hotel de siete estrellas", resaltó Pereda y el conjunto valora su puesta en marcha. Una minoría de ellos ha empezado a integrarse en otras redes de tratamiento, incluidos centros de desintoxicación, programas con metadona y pisos de acogida, cumpliéndose así uno de los fines principales del proyecto. "Cualquier paso es ya importante porque son personas desarraigadas, sin nada", resaltó Pereda.