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Reportaje:PANORAMA DE LAS LETRAS EN CATALÁN

La conquista del mercado

En Cataluña se publicaron el año pasado 27.788 títulos, según los últimos datos facilitados por el estudio del Comercio Interior del Libro en España, de la Federación de Gremios de Editores de España; de ellos, algo más de 10.000 fueron en catalán (un 15,8% más que en 2003). Nada que ver, pues, con las cifras que se barajan en el mercado de las otras lenguas del Estado: 1.588 en gallego y 1.487 en euskera. El catalán es un mercado normalizado y nada resistencial, que sigue las mismas pautas que el español, el francés o el alemán. Los grandes grupos, como Grup 62, que tiene dos sellos en catalán (Edicions 62 y Empúries) y dos en castellano (Península y El Aleph), y Grup Enciclopèdia Catalana, que toca todos los registros de la edición, han iniciado una notable reducción de títulos. El primero ha pasado de más de 600 al año a 300; el segundo ha puesto el techo en 220.

Mercado normalizado o casi.

Durante más de 20 años, la Generalitat convergente practicó un tipo de subvenciones, conocidas como el suport genèric (apoyo genérico), que consistía en la compra de libros en catalán a las editoriales. El resultado de esta política ha sido nefasto: se publicó indiscriminadamente y los libros adquiridos por la Generalitat fueron a parar en su mayoría a almacenes. El número de ejemplares olvidados y sin desempaquetar supera los 200.000. El Departamento de Cultura busca soluciones en una doble vía: por un lado pactará con el sector cómo se conceden las ayudas, para lo que se ha creado una comisión que debe decidir antes de fin de año; y, por el otro, presentará una propuesta sobre cómo distribuir los miles de libros almacenados.

Las cosas van bastante bien, pero "con dificultades", matiza Manuel Sanglas, presidente de la Asociación de Editores en Lengua Catalana. "Los márgenes son cada vez más estrechos y hay una cosa que no se puede perder de vista: el 43% de los libros que se editan en catalán son de texto, es decir, de consumo obligatorio". Vicens Vives o Teide, de capital ciento por ciento catalán, son las editoriales que marcan el paso respecto al libro de texto, pero los grandes grupos, como Anaya, Santillana o SM, publican también libros escolares en catalán y los tres tienen asimismo líneas de literatura infantil y juvenil. Enciclopèdia Catalana, que sólo publica en catalán, empieza ahora la edición de textos escolares en castellano.

La cosa está clara, los editores en catalán van a por todas y los editores en castellano no quieren perder su parte en el mercado catalán. Los catalanes son especialmente competitivos. Grup 62, por ejemplo, se ha adelantado a todos en la contratación de Bonjour, paresse, de Corinne Maier, el último gran best seller francés para el catalán (Edicions 62) y para el castellano (Península). Y lo mismo ha hecho, en este caso con El Aleph, con Les amants, la novela con que se dio a conocer en 1975 la austriaca Elfriede Jelinek, la reciente premio Nobel de Literatura. Destino publicará en catalán la nueva novela de Umberto Eco, La misteriosa flama de la reina Lana, al mismo tiempo que Lumen en castellano.

Rosa dels Vents, además de tener su propia línea en catalán, traduce a este idioma los grandes éxitos de Random House Mondadori: Julia Navarro, Matilde Asensi, Maitena o Valerio Manfredi. Su último gran fichaje para el catalán ha sido Arturo Pérez-Reverte. Han salido ya La taula de Flandes y El Club Dumas, a las que seguirán La pell del tambor, La carta esfèrica y La Reina del Sud.

El Grupo Planeta ha sacado simultáneamente en castellano y en catalán (Columna) la finalista del Premio Planeta, La vida en l'abisme, de Ferran Torrent, y prosigue con la Biblioteca Vázquez Montalbán en catalán. L'ombra del vent, de Carlos Ruiz Zafón, sigue en la lista de libros más vendidos. Un éxito similar tiene Soldats de Salamina, de Javier Cercas.

Tusquets decidió lanzar una colección en catalán en 2001, L'Ull de Vidre. El primer título fue La falsa pista, de Henning Mankell, y el segundo, En defensa pròpia, de Jacint Verdaguer. Las tiradas en catalán y en castellano tienen oscilaciones de vértigo. De un Mankell en castellano, Tusquets lanza una primera edición de 45.000 ejemplares; en catalán, de 6.500. El precio es el mismo. Las traducciones al catalán suelen ser más caras y las tiradas más cortas, pero Antonio López Lamadrid, como tantos otros editores, está convencido de que es necesario hacerlo. En L'Ull de Vidre, que dirige Antoni Marí, no se publican sólo traducciones. En esta colección ha aparecido en 2004, por ejemplo, Una vida al carrer, de Jordi Ibáñez Fanés, uno de los libros del año en catalán.

Jorge Herralde se anticipó en el tiempo. Recién fundada Anagrama, publicó una colección en catalán, Textos, de clásicos del siglo XX. "Resultó un desastre mayúsculo, por lo que la cerré para no tener que cerrar la editorial". La principal preocupación de Herralde ahora y desde hace mucho tiempo es traducir al castellano a autores catalanes: Calders, Foix, Sagarra, Monzó, Moncada, Palol, Pàmies, entre otros. Y, en ensayo, a Gimferrer, Bohigas, Serrano, Cassany o Balló. Estas traducciones le funcionan entre "regular y menos que regular, con gloriosas excepciones como Quim Monzó, Camino de sirga, de Jesús Moncada, o El jardín de los siete crepúsculos, de Miquel de Palol.

Quaderns Crema, de Jaume Vallcorba, es una editorial de referencia, con nuevos nombres y también con los clásicos. Vallcorba sacó un sello en castellano, Sirmio, que no funcionó demasiado bien; hace cinco años, volvió a la carga con Acantilado, y le va de maravilla. Celebrará el cumpleaños en la Feria de Guadalajara.

RBA rescató una editorial de prestigio, La Magrana, con un fondo editorial importante. Si tuviéramos que llegar a alguna conclusión es que los editores en catalán no quieren renunciar a una línea en castellano y viceversa.

El último fenómeno, absoluta

mente comparable a lo que ocurre en la edición en castellano, es el asalto a los quioscos. La pionera fue Columna, que en 1999 lanzó sus éxitos del año y ha repetido en 2004, con un eslogan ciertamente polémico: salvemos el burro catalán, una especie en vías de extinción, y al mismo tiempo salvemos la literatura en catalán: Emili Teixidor, Javier Cercas, Maria de la Pau Janer, Andreu Martín, Maria Mercè Roca... Apenas un mes después fue Grup 62 quien se fue al quiosco con sus grandes éxitos internacionales: Memòries d'una geisha, Estúpids homes blancs, El déu de les petites coses, L'edat de ferro, La caverna... Y lo más interesante: un acuerdo entre Destino y Enciclopèdia Catalana para llevar a quiosco "todo Josep Pla", en una edición muy cuidada, muy asequible... Como dicen sus patrocinadores, "ya no hay excusa para no leer a Pla".

Y ahora mismo aparece un nuevo futuro: Ara Llibres, una pequeña y combativa editorial que está marcando estilo. Publica no ficción, tan pegada a lo que pasa, que sus responsables están permanentemente enganchados a la radio o a la televisión. Algunos de sus títulos: Mai més, de Suso de Toro; Filosofia d'estar per casa, de Xavier Rubert de Ventós, o El regal de la comunicació, de Sebastià Serrano, que va por la 11ª edición (40.000 ejemplares y 67 semanas en las listas de más vendidos).

Lo más interesante de esta editorial es que va a medias con el autor. El editor invierte, promociona y distribuye, el escritor colabora. Si las ventas van bien, el autor puede cobrar hasta un 50% de los derechos. Si no, la editorial asume todos los riesgos. Algunos grandes grupos han empezado a copiar el diseño de Ara Llibres, aunque aún no su peculiar fórmula financiera. Todo es cuestión de tiempo.

A partir de coediciones con las editoriales en castellano, no renunciando a ningún idioma, inventando nuevas fórmulas, los editores en catalán van a por todas.

Autores de diferentes nacionalidades traducidos al catalán.
Autores de diferentes nacionalidades traducidos al catalán.CONSUELO BAUTISTA

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