El Banco Mundial revela que la mitad de Gaza y Cisjordania vive en la pobreza
La crisis económica y la violencia provocan graves problemas mentales entre la población
Un 47% de la población palestina vive sumida en la pobreza, según un informe elaborado por el Banco Mundial en cooperación con las instituciones de la Autoridad Nacional Palestina. El impacto de la pobreza y de la violencia originada por cuatro años de Intifada ha provocado graves problemas mentales en la mitad de la población, especialmente entre los jóvenes y los niños, lo que les empuja hacia las ideas más radicales y el suicidio, según se alerta en este minucioso estudio de 116 páginas de la citada institución financiera internacional, difundido oficialmente ayer.
La economía palestina, lacerada por cuatro años de Intifada y de violencia, ha empezado a caer en picado, arrastrando a la pobreza a unos 1.700.000 habitantes de Cisjordania y de la franja de Gaza. Éstos son los que viven con menos de 2,1 dólares diarios. El número oficial de pobres en los territorios palestinos se ha multiplicado por dos respecto a las cifras conocidas de 1999, en víspera del estallido de la revuelta.
Estos datos, de por sí preocupantes, se convierten en escandalosos cuando en el informe antes citado se asegura que existe un segundo sector de población palestina más pobre aún, que está formada por unas 600.000 personas, y a las que se podrían denominar "pobres de solemnidad". Su gasto diario apenas llega a 1,5 dólares. Este sector depauperado no puede si quiera atender a sus necesidades vitales básicas de alimentación, vestuario y vivienda.
La brecha en una sociedad cada vez más vulnerable por la situación política puede aumentar en los próximos meses si no se rompe el actual círculo infernal de violencia.
La tasa media de desempleo, que antes de la Intifada era de un 10% de la población activa, alcanza ahora el 25%. Los sectores más afectados por este paro son los jóvenes, entre los cuales se registra un desempleo medio de un 37%. Las estadísticas globales esconden, sin embargo, una realidad dramática: el 80% de la población de determinados campos de refugiados en el interior de la franja de Gaza están sin empleo.
"El cese de las actividades empresariales es una de las claves de la actual crisis económica de Cisjordania. Eso ha fragmentado el espacio económico palestino, aumentando el coste de los negocios y eliminando la seguridad necesaria para realizarlos", se asegura en el estudio del Banco Mundial. En el mismo se reclama como solución la libertad de movimientos de la población palestina, la apertura de las fronteras y el establecimiento de una red comercial autónoma con el exterior.
El informe del Banco Mundial añade que es urgente encontrar soluciones a la crisis económica palestina, porque el balón de oxígeno que le permite a esta sociedad continuar viviendo, es decir, las ayudas internacionales, es una fuente que se está apagando debido a lo que llama la "fatiga de los donante".
Aun así, la ayuda internacional al pueblo palestino es una de las más altas del mundo; alcanza los 883 millones de dólares, lo que supone una media de 258 dólares per cápita al año. Sin esta ayuda, el número total de pobres de solemnidad se habría incrementado en 250.000 personas más, según se establece en el estudio.
"El Gobierno israelí debiera entender que si la situación económica palestina continúa agravándose puede poner en peligro la seguridad de Israel", afirmaba ayer a modo de conclusión a través de una emisora de radio local Nigel Roberts, representante del Banco Mundial en los territorios de Cisjordania y la franja de Gaza.
La comunidad judía
Coincidiendo con la difusión de este estudio del Banco Mundial, el Instituto Nacional de Seguridad de Israel difundía ayer su informe anual sobre la pobreza en la comunidad judía. Según sus datos, esta pobreza afecta al 22,4% de la población, es decir, a 1.427.000 israelíes.
Estos datos económicos no pueden ser comparados a los de los palestinos, ya que los baremos son diferentes: una persona pobre en Israel gana menos de 410 dólares mensuales, es decir, 13,6 dólares diarios; en el caso de los palestinos se baraja un índice de 2,1 dólares por día.
En cualquier caso, la pobreza también es un problema preocupante en la sociedad israelí. Se ha incrementado en los últimos años de manera alarmante y afecta cada vez más a los niños; 652.000 menores, es decir, el 30,8% de los niños israelíes son pobres. Esta realidad explica la aparición en los últimos meses de un gran número de organizaciones benéficas dedicadas a distribuir alimentos entre la población y comida entre los escolares.
Entre las ciudades más pobres de Israel destaca Jerusalén, y a continuación se colocan Beer Sheva, Ashdod, Haifa y Netanya.
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