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Entrevista:Hugo Chávez | Presidente de Venezuela | VISITA DEL PRESIDENTE DE VENEZUELA

"Los problemas con España son página pasada"

La entrevista con el presidente de Venezuela fue celebrada 24 horas antes del atentado contra Danilo Anderson -el pasado jueves por la noche-, el fiscal que investigaba el golpe de Estado de 2002. Durante la misma, Chávez expresó sus dudas sobre una ley de amnistía para sus adversarios políticos, alegando que "mucha gente sigue conspirando contra las instituciones".

Pregunta. ¿Están canceladas las diferencias surgidas con España por la posición del Gobierno de José María Aznar ante el golpe de Estado de abril de 2002?

Respuesta. Sí. Y debo decir que esa actitud la hemos lamentado siempre, pues al principio tuvimos una relación muy cordial y fluida. Yo visité Madrid, conversé con Aznar y con el Rey, firmamos convenios que se cumplieron regularmente y Aznar nos visitó a nosotros en pleno proceso constituyente [1999]. Pero luego se produjo el alineamiento de Aznar con la política exterior de Estados Unidos y en ese contexto se llevó a cabo aquella agresión contra nuestro Gobierno. Pero ahora esa es una página pasada, pues vamos con una gran expectativa y una gran esperanza de reimpulsar las relaciones entre dos pueblos y dos Gobiernos que, además, colocan por delante lo social.

"Ojalá los sectores que han impulsado golpes de Estado se merezcan la ley de amnistía"
"Yo tengo un discurso radical, no extremista, de ir a las raíces de los acontecimientos"
"El Gobierno socialista coloca por delante el interés social del pueblo español"
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P. ¿El objetivo de su viaje es entonces lograr mayor compresión política? ¿En qué lugar queda la economía, los negocios?

R. En este viaje, lo menos importante son los negocios. Colocamos en primer lugar lo político, en segundo lugar lo social, la comunicación con los distintos sectores de la comunidad española, y en tercer lugar lo económico. Creo que este es el orden natural de las cosas

P. ¿Lo recibirá el Rey?

R. Por razones de agenda, el rey Juan Carlos va a estar fuera de Madrid los dos días de mi visita, pero me han pedido que cuando venga de regreso del resto de mi gira (Libia, Irán, Rusia y Qatar), haga una escala de nuevo en Madrid para una cena con el Rey.

P. ¿Confía usted en que en el presidente José Luis Rodríguez Zapatero encontrará un aliado en el escenario internacional?

R. Antes que en lo político, diría que en lo humano. Yo tuve un encuentro con el presidente Rodríguez Zapatero en Guadalajara [México] y a la primera vista hubo una química muy, muy buena. Se hizo evidente en las mesas de trabajo las coincidencias entre su discurso social y el nuestro. Lo mismo me ha ocurrido después con otros líderes del Gobierno, como el ministro de la Defensa, Pepe Bono, que estuvo de visita el otro día. Por cierto que coincidió con el cumpleaños de Rosinés [la hija menor del presidente, de siete años de edad] y don Pepe me acompañó a Barquisimeto [ciudad donde la niña vive con su madre, María Isabel Rodríguez, divorciada de Chávez desde 2003] y estuvo en la fiesta, comiendo torta y viendo la piñata y los payasos...

P. ¿Aprovechará el encuentro con el Rey para presentar algún desagravio por el derribo de la estatua de Cristóbal Colón en Caracas, ejecutado por seguidores suyos, instigados, según creen algunos, por su discurso condenatorio de la conquista española?

R. No creo que eso sea necesario ni que esté planteado en agenda. Pero puedo decir que el mismo día que cometieron ese atropello contra un patrimonio de Caracas, yo llamé al embajador Raúl Morodo, le manifesté mi preocupación y le ofrecí disculpas en nombre del pueblo. Ahora, el hecho de que yo tenga un discurso radical, en el sentido no de extremismo sino de ir a las raíces de los acontecimientos históricos, no significa que debamos salir a tumbar estatuas. Si así fuera, habría que tumbar unas cuantas más.

P. ¿Cuál puede ser la coincidencia en lo social entre un Gobierno como el suyo, que se proclama revolucionario, y un socialismo español, sintonizado con la globalización y la economía de mercado?

R. Yo creo que en la historia de todo movimiento o partido hay etapas y pienso que en este momento hay un PSOE retomando banderas con mucha fuerza, hay un nuevo liderazgo en el PSOE y una de sus expresiones más resaltantes es el presidente Rodríguez Zapatero. En esta nueva etapa, las posiciones sociales del PSOE se acercan muchísimo a las nuestras, en el planteamiento de la igualdad y la justicia social. El discurso del presidente Zapatero en Guadalajara yo lo suscribo casi totalmente, es uno de los más incisivos y claros en la necesidad de una revisión social, es un discurso que yo calificaría de revolucionario. Claro que lo económico es otra cosa, porque además abarca no sólo a España sino a su contexto de la Unión Europea, pero sin duda que el Gobierno de Rodríguez Zapatero coloca por delante el interés social del pueblo español y en eso tenemos plena coincidencia.

P. ¿No es un grave riesgo para el carácter democrático de su Gobierno el carecer casi por completo de oposición?

R. Hay una oposición en el país, claro que sí. Yo creo que la crisis de la oposición está sobre todo en la dirigencia. Viejos capitanes desgastados pretenden montarse sobre una situación nueva. Cuatro millones de votos por el en el referéndum [la opción para que el presidente fuera revocado] son respetables. Nosotros reconocemos a esa gente y esperamos que surja de esa masa opositora honesta, buena, venezolanista, un nuevo liderazgo.

P. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar usted en el perdón? ¿Impulsaría una amnistía política?

R. Yo siempre los he perdonado, a pesar de que siguen diciendo que los persigo, pero como yo no soy la ley y aquí hay una Constitución y unas instituciones, si tienen unos juicios abiertos, tampoco puedo inmiscuirme en las atribuciones de la Fiscalía y los tribunales. Ojalá los sectores de la oposición que han estado impulsando golpes de Estado, intentos de desestabilización, que han estado al servicio de potencias extranjeras y de intereses bastardos, rectifiquen y se hagan merecedores de esa ley de amnistía, que en todo caso debe ser discutida y aprobada por la Asamblea Nacional, no por mí.

P. ¿Usted aceptaría esa amnistía?

R. Yo lo vería con cuidado porque me parece que las cosas hay que ganárselas. Todavía hay algunos sectores llamando al desconocimiento de las instituciones e incluso a que maten al presidente, como hizo en Miami este actor [Orlando Urdaneta], quien dijo que el problema de Chávez se resuelve con un fusil que tenga mira telescópica Así, cómo se puede hablar de amnistía. En todo caso habría que hacerlo de manera selectiva.

P. Con quienes, al parecer, sí hay avances en materia de reconciliación es con los empresarios.

R. Nos da mucho gusto que sea así. Esperamos que más nunca sean utilizados para atentar contra su propio país, como ocurrió en diciembre de 2002 y enero de 2003, con aquella huelga golpista y criminal que, además, se revirtió contra ellos mismos porque muchas empresas terminaron en la bancarrota. En la nueva etapa que vamos a llevar adelante en la revolución tiene un alto interés el impulso definitivo de una nueva economía que desarrolle la industria nacional, la petroquímica, la agroindustria, el petróleo, el turismo. Necesitamos la intervención del sector privado para invertir en infraestructuras, autopistas, viviendas, ganadería, pesca. Estamos dispuestos a dar incentivos y facilidades tributarias.

P. La crítica permanente a la globalización y la creación de grandes empresas estatales cuando más bien se recomienda privatizar las existentes ¿no son señales negativas?

R. Espero que no porque nuestra intención no es desplazar al sector privado, sino compartir el espacio y estamos lanzando una poderosa señal de que estamos dispuestos a impulsar el desarrollo integral del país. Por ejemplo, con el ingreso petrolero excedentario vamos a fundar de nuevo nuestra línea aérea bandera, Conviasa [la anterior, Viasa, fue privatizada; la compró Iberia tras lo cual fue a la quiebra y desapareció] y vamos a competir con el sector privado, pero a la vez potenciar el desarrollo de nuestro sector aeronáutico. Yo espero que los agentes económicos no se dejen confundir por lo que pudiera lucir a primera vista y que entiendan que este es un Gobierno que impulsa un modelo mixto de desarrollo.

P. ¿La reunión que usted sostuvo con el empresario Gustavo Cisneros marcó el paso de la reconciliación?

R. Si lo vemos en perspectiva, pudiera ser que no. Yo me reuní con Cisneros mucho antes del referéndum. Y después del referéndum, los portavoces más destacados el sector empresarial continuaron señalando que hubo un fraude. Por eso no creo que la entrevista con Cisneros haya marcado un punto de inflexión. Más bien ese punto está en que la victoria del no en el referéndum y luego de casi todos los candidatos revolucionarios en las elecciones de gobernadores y alcaldes. A pesar del inmenso intento de manipulación de un sector de la oposición y de los medios de comunicación para hacer creer que nuestro triunfo fue producto de un fraude, poco a poco todos los sectores del país van tomando conciencia de la realidad de que existe un mapa político que debe ser reconocido por todos.

P. Ya no está Aznar en España, pero sigue estando Bush en Estados Unidos y ahora con el ala conservadora reforzada en materia de política exterior ¿Cómo se prepara?

R. Siempre estamos preparados para actuar o, mejor dicho, para responder [sonríe], porque ellos son los que marcan la línea, son los fuertes, manejan medios de comunicación mundial, tienen capacidad para bloquear países o invadirlos, son el imperio ¿no? Por el bien no sólo de Venezuela sino también de América Latina y del mundo, ojalá que este nuevo Gobierno del señor Bush sea en realidad un nuevo Gobierno.

P. ¿Está usted más cerca de Castro o de los liderazgos más recientes como el del brasileño Lula da Silva, del argentino Néstor Kirchner o del uruguayo Tabaré Vázquez?

R. Más que los líderes, en América Latina se levanta una nueva oleada de pueblos. Pudiéramos decir que con una carga ideológica que le imprimimos los líderes y movimientos políticos que orientamos la oleada. Nosotros nos ubicamos en la perspectiva revolucionaria de esa oleada, en los cambios revolucionarios, estructurales.

CRISTÓBAL MANUEL

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