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EL FUTURO DE LA UE

Barroso acepta que la Eurocámara pueda imponer la destitución de un comisario

El Parlamento Europeo dará hoy un apoyo mayoritario al nuevo Ejecutivo de la UE

Carlos Yárnoz

Al segundo intento, el Parlamento Europeo dará hoy su apoyo mayoritario a la nueva Comisión Europea presidida por José Manuel Durão Barroso, pero el político portugués ha tenido que pagar un alto precio cuyo último plazo entregó ayer. En un agrio debate con amenazas y advertencias celebrado ayer en Estrasburgo, Durão Barroso aceptó las condiciones que horas antes habían pactado los tres grandes grupos de la Cámara (conservadores, socialistas y liberales), encaminadas a conseguir en el futuro la dimisión de cualquier comisario si una mayoría de eurodiputados la solicita. Barroso pidió el voto y el fin de la crisis: "Mi equipo está listo para empezar a trabajar. Pongámonos a ello".

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Arropado por sus 24 comisarios y por el presidente de turno de la Unión Europea, el holandés Jan Peter Balkenende, Barroso ya empezó su intervención de ayer asumiendo que había cedido a las exigencias de la Eurocámara al prescindir del polémico italiano Rocco Buttiglione o cambiar de puesto al socialista húngaro Lázsló Kovács. "Les escuché bien. Querían una Comisión para todos los europeos y he hecho los cambios justos y necesarios", señaló en un discurso en el que pasó del portugués al francés y al inglés con total soltura.

Esos cambios han sido globalmente aceptados por los eurodiputados, pero Barroso viajó ayer a Estrasburgo consciente de que las críticas que aún despiertan sobre todo dos miembros de su equipo: la liberal holandesa Neelie Kroes, encargada de la potente cartera de Competencia pese a que perteneció a medio centenar de consejos de administración de multinacionales, y del italiano Franco Frattini, sucesor de Buttiglione y hombre de máxima confianza del polémico primer ministro Silvio Berlusconi. En ambas carteras, recordó, él estará especialmente vigilante, pero pidió que se voten "las capacidades del colegio en su conjunto", y no por el rechazo a uno u otro comisario.

Ahí reside el principal contencioso. Conservadores (268 votos), socialistas (200) y liberales (88) pactaron ayer mismo una resolución -los nacionalistas por la Unión de la Europa de las Naciones (27) se les sumaron después- que votarán hoy en la que "lamentan" que Barroso no haya encontrado "una solución adecuada" para afrontar "los potenciales problemas relativos a conflictos de intereses".

Nueva resolución

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Añaden que, si el Parlamento en el futuro vota la retirada de confianza de un comisario, Barroso tendrá que pedir su dimisión o deberá "justificar" su negativa ante la Cámara. Es más, se precisa que Barroso será "responsable" a la hora de identificar esos conflictos y de sus consecuencias.

Nadie se había referido en el debate a la resolución, pero Barroso dijo conocerla y, pese a no haber sido votada aún, dijo: "Es perfectamente aceptable. Estoy totalmente de acuerdo". La resolución va más lejos del acuerdo que ya existe entre Parlamento y Comisión. Éste no exige esa "justificación" que, de no ser satisfactoria, acarrearía la moción de censura contra la Comisión Europea.

Eso sí, Barroso rechazó todo "automatismo" entre pérdida de confianza y dimisión de un comisario. "¿Por qué exigir a la Comisión más de lo que ustedes exigen a sus propios Gobiernos?", señaló elevando la voz. También se defendió calificando de "inaceptable" que varios eurodiputados le hubieran exigido prescindir de Frattini por venir del Gobierno italiano - "no se puede discriminar"- o a Kovács por haber sido comunista -"viene designado por un Gobierno democrático"-.

Pero el tono más duro del debate se produjo con las intervenciones de los jefes de filas de los socialistas, el alemán Matin Schultz, y de los liberales, el británico Garham Watson.

El primero dirigió su vista a Balkenende, el primer ministro holandés, para afearle ser "menos flexible" que Berlusconi al no permitir que Kroes fuera apartada de Competencia. Pero la artillería pesada era para Barroso: "Recuerde lo que ocurrió el 27 de octubre

[Barroso aplazó la votación de la Comisión por falta de apoyos], porque volverá a ocurrir" si usted no supera, explicó "la prueba del algodón", consistente en dar más contenido social a las políticas económicas comunitarias. "Usted quiso fraguar una mayoría en contra de mi grupo y si quiere ahora un respaldo amplio eso pasa por los socialistas", le espetó.

Amenazas

La amenaza fue seguida por la advertencia de Watson: "Hay un precio. Esperamos que la Comisión considere la dimisión en caso de falta de confianza. No lo tomaremos en serio si no asume esta responsabilidad".

Semejantes dardos procedieron de esos dos grupos que, en su mayoría, votarán hoy a favor de la Comisión, como lo harán casi en bloque (no los británicos ni los polacos, estos últimos por Kovács.) los diputados del Partido Popular Europeo (PPE), cuyo líder, el alemán Hans-Gert Poettering, renovó su confianza en Barroso y alabó el "noble gesto" de Buttiglione al abandonar la pelea. Los socialistas franceses, italianos, griegos y belgas (62 en total) se abstendrán. En contra votarán en bloque al menos los Verdes (42) e Izquierda Unitaria (41), además de euroescépticos, los soberanistas y varios liberales franceses.

Por los Verdes, la italiana Monica Frassoni argumentó que el nuevo equipo de Barroso, con los mínimos cambios incluidos, sigue siendo "débil y vulnerable" y que asistimos "a una berluscanización de Europa". "Por qué somete a Europa a este riesgo?", preguntó al referirse al potencial conflicto de intereses con Kroes. "Es una mina para la credibilidad de su Comisión".

Pese a todo, José Manuel Durão Barroso acudirá hoy al pleno de la Eurocámara con todo el viento a su favor. La única duda es cuántos serán los desertores de los grandes partidos y, por tanto, si obtendrá más votos que los conseguidos personalmente cuando fue elegido en julio por la Cámara: 413 a favor, 251 en contra y 44 abstenciones. Aún así, el Ejecutivo comunitario arrancará su mandato el lunes con tres semanas de retraso y unas grandes dudas sobre su porvenir.

Durão Barroso interviene en el debate de ayer en la Eurocámara.
Durão Barroso interviene en el debate de ayer en la Eurocámara.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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