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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las confusiones del rector Tugores

Hace un año, el señor Tugores no concedió permiso para un acto en el que iba a intervenir Gotzone Mora. Con posterioridad, para subsanar su error, la invitó, aunque en época de exámenes y en horario inadecuado.

El 19 de octubre, el profesor Francisco Caja fue acosado y amenazado en la Facultad de Letras; el señor Tugores no condenó institucionalmente ni públicamente los hechos, pero hizo que un vigilante privado acompañase al señor Caja desde que se bajaba del autobús hasta que se subía al acabar su jornada. Desde el lunes 15, la protección al señor Caja, por orden del señor Tugores, se ha reducido exclusivamente al recinto universitario.

Tampoco condenó los carteles en los que se insultaba y amenazaba a los conferenciantes que se iban a solidarizar con el señor Caja el día 12 en el Aula Magna. Concedió dicha aula y cobró a los convocantes 2.531,28 euros por gastos de alquiler y de seguridad privada. Por cierto, el mismo día 12 se intentó aumentar la cantidad cobrada alegando mayores gastos debido a la intensificación de las amenazas. No era para menos: cuando a las 19.25, el señor Vidal-Quadras y el señor Caja intentaban entrar por una puerta lateral de la universidad, fueron acosados y atacados por unos cincuenta jóvenes nacionalistas, siendo necesaria la asistencia del señor Jordi Perelló, jefe de protocolo de la Universidad de Barcelona, y de 20 personas que le acompañaban para detener la agresión. Cuando una docena de reventadores del acto fueron expulsados y se cerraron las puertas para que no reincidiesen, lo que hizo que más de cien personas que deseaban asistir a dicho acto no pudieran hacerlo, entonces, sólo entonces, el señor Tugores habla en un comunicado. Condena los hechos del día 19 de octubre y, sobre todo, 'condena la utilización de medios violentos físicos o morales como los que a su juicio sufrieron los estudiantes desalojados'. También condenó 'los intentos de romper la convivencia plural y las libertades de expresión de todas y cada una de las sensibilidades que tienen que convivir en la sociedad', pero sobre todo 'los intentos de utilizar el espacio universitario para tratar de alterar con todo tipo de medios, incluidas manipulaciones y falsedades, el clima de tolerancia'. Por su parte, los estudiantes que acosan, amenazan y agreden afirman al alimón con el señor Tugores que 'los actos que se celebran en la universidad deberían estar en consonancia con lo que piensan los estudiantes', y 'que no hay derecho a que se contrate una empresa de seguridad privada -no creemos que el señor Tugores les dijese que había obligado a los convocantes a pagarla- para proteger el acto'. Como vemos, toda una lección de libertad y democracia en su aplicación práctica y cotidiana: sólo pueden hablar con libertad y tranquilidad los nacionalistas. Los demás ya saben a lo que se exponen. Señor Tugores, le rogamos que aumente su coherencia y su compromiso con la libertad y la seguridad del profesor Francisco Caja. No debe usted escudarse en el silencio cómplice de los partidos políticos y las autoridades ante estos hechos. Es su responsabilidad; no puede zigzaguear intentando colocar al mismo nivel a los agresores y a las víctimas.

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