Símbolo mediterráneo de resistencia

Hay un olivo en Berrocal (Huelva) que ya es un símbolo. Según cuentan los ancianos del municipio, hace años un rayo lo partió en dos. Pero el árbol sobrevivió. Este verano, las llamas del peor incendio registrado en España desde hace décadas arrasaron prácticamente toda la vegetación que le rodeaba. Pero el olivo de Berrocal, ha vuelto a sobrevivir. "Es un olivo inmortal", afirma Concepción Muñoz, una de las investigadoras que está elaborando la guía de olivos singulares de Andalucía.

La mayoría de los investigadores sostienen que el olivo para el cultivo fue introducido en Andalucía y en la Península Ibérica por los fenicios en su expansión comercial por el Mediterráneo. España ha sido uno de los países con más arraigo histórico de este árbol. Se calcula que existen unos 300 millones de olivos en nuestro país y que alrededor del 80% de la producción anual española de aceite de oliva se realiza en Andalucía.

La editorial Unoeditores está preparando el lanzamiento en los próximos días del libro Olivos monumentales de España. Los 40 ejemplares que se incluyen de Andalucía, han sido facilitados por las investigadoras de la Universidad de Córdoba que ahora trabajan para la Junta.

En esta guía se incluirá el que, para muchos, es el olivo más grande de España, un acebuche de Cádiz que alcanza los 16,2 metros de altura. Aunque en la imagen colectiva el olivo se asocia, fundamentalmente, a Córdoba, Jaén y Sevilla, Muñoz explica que en su catálogo incluirán numerosos individuos de zonas costeras. En estas provincias, se encuentran las variedades más espectaculares de acebuches, es decir, de los olivos silvestres. Muñoz explica que le sorprendió encontrarse "en pleno desierto de Almería" acebuches con más de ocho metros de diámetro de copa que han resistido cientos de años unas condiciones tan duras. "El olivo es resistencia", concluye Muñoz.