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Entrevista:ROUHI FATÚ | Presidente interino de Palestina | EL FIN DE UNA ERA

A caballo entre las dos 'guardias'

Rouhi Fatú, de 55 años, es un superviviente nato. Especialista en aprovechar todas las oportunidades, esto le permitió ayer convertirse en el segundo presidente interino de Palestina. Nació en el campo de refugiados de Rafá, al sur de la franja de Gaza, donde su familia se trasladó tras su expulsión por los israelíes de Burka (Cisjordania) en 1948. Cuando apenas había cumplido 18 años, se afilió al partido hoy gubernamental Al Fatah, donde ha protagonizado una carrera política silenciosa y servil, que le ha permitido llegar a lo más alto tras fluctuar con habilidad entre los clanes y las familias, sirviendo al mismo tiempo a la vieja guardia que dirige Mahmud Abbas y a la joven guardia que acaudilla el coronel Mohamed Dahlan.

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Fatú, conocido por sus íntimos como Abu Wisam -padre de Wisam-, se formó intelectualmente en las universidades de Ammán y Damasco, donde se graduó en Lengua y Literatura inglesas y en Ciencias Políticas y donde recibió asimismo formación militar hasta alcanzar el grado de teniente. Esto le valió el ascenso a la cúpula de las milicias de Al Fatah, en la que ocupó un lugar preponderante en la oficina de Organización y Movilización, para pasar después a otra destinada a controlar e impulsar las organizaciones populares. En 1983 fue nombrado diputado del Parlamento en el exilio -Consejo Nacional Palestino-, y en 1996, del Parlamento palestino, por la circunscripción de Rafá, con el apoyo de 11.524 votos.

Con el apoyo de la vieja guardia, Rouhi Fatú consiguió en 2003 convertirse en ministro de Agricultura del Gobierno de Mahmud Abbas, y con el respaldo de la joven guardia se hizo con la presidencia del Parlamento en marzo de 2004. Este nombramiento fue fruto de un pacto entre el coronel Mohamed Dahlan y el presidente, Yasir Arafat, con el que trataron de tranquilizar a los diferentes clanes políticos y a las milicias de Gaza, que desde hacia meses se enfrentaban por repartirse el poder. Su captación, refrendada después en la Cámara gracias al apoyo disciplinado de Al Fatah, permitió además cerrar el paso a otro aspirante más ambicioso e inquietante, el ex ministro de Comunicación y permanente disidente Nabil Arm, que meses después perdería una pierna en un tiroteo perpetrado en su casa por unos enmascarados.

Contra todo vaticinio y de manera sorprendente, Fatú ha adoptado en los últimos nueve meses una actitud beligerante, que en muchos casos ha molestado a quienes le habían ayudado a crecer políticamente. Hay quienes ven en él un "oportunista"; otros, un "rebelde". Como presidente del Parlamento animó una investigación sobre la venta fraudulenta de cemento a los israelíes para la construcción del muro que salpicó a varios ministros y dignatarios. En agosto se encaró al presidente Yasir Arafat, al que reclamó públicamente que liderara el proceso de reformas. Por si no fuera suficiente, ha cerrado su legislatura con un doble acto de osadía: encabezó una revuelta de altos funcionarios contra el nombramiento de Musa Arafat como jefe supremo de las fuerzas policiales en Gaza e impulsó una huelga de diputados durante 30 días.

Rouhi Fatú, en marzo de este año.
Rouhi Fatú, en marzo de este año.AP

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