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La policía holandesa detiene a dos presuntos terroristas en el asalto a un piso de La Haya

Tres agentes y uno de los sospechosos resultaron heridos en un asedio que se prolongó 15 horas

Isabel Ferrer

Fuerzas de la policía, la Policía Militar y de los Comandos Especiales del Ejército detuvieron ayer en La Haya a dos presuntos terroristas que estaban encerrados en un piso situado en uno de los barrios de la zona vieja de la ciudad con mayor presencia de inmigrantes. En el cerco policial, en el que participaron unos 500 policías y que se mantuvo desde las 2.45 hasta las 17.00 de ayer, resultaron heridos tres agentes y uno de los arrestados. Los vecinos del inmueble fueron evacuados y se cerró el espacio aéreo sobre La Haya para evitar que los helicópteros de la televisión entorpecieran la operación.

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El primer ministro, el democristiano Jan Peter Balkenende, pidió a los ciudadanos que no se dejaran llevar por la violencia durante un debate parlamentario sobre la Unión Europea celebrado en pleno asedio.

La acción policial no ha sido una consecuencia directa de los datos obtenidos por los servicios secretos tras el asesinato del cineasta Theo van Gogh, apuñalado el pasado martes por un joven de origen marroquí. Se encuadra, según las autoridades, en el contexto de las investigaciones sobre la posible existencia de una célula terrorista en Holanda.

A los arrestos de La Haya, a iniciativa de la fiscalía de la ciudad, siguieron otros cinco por los mismos motivos en Amsterdam y Amersfoort. Ahora se tratará de averiguar si los dos sospechosos de La Haya, que serán acusados de conspiración terrorista e intento de asesinato, mantuvieron contactos con Mohamed B., acusado de la muerte de Van Gogh, o bien preparaban algún atentado.

El asalto al primer piso del número 88 de la calle Antheunisstraat, cercana a la estación de ferrocarril de Holland Spoor, de donde salen los trenes con destino a Bruselas y París, comenzó hacia las 02.45 de la madrugada. Según testigos, al menos seis policías se parapetaron detrás de sus vehículos prestos a reventar la puerta principal. Cuando tres de ellos la golpearon sonó una explosión.

Algunos vecinos se asomaron a la ventana pensando que había estallado un neumático. "Al principio no le dimos mayor importancia. Pero luego oímos varios tiros y salimos a la calle", dijeron dos residentes del edificio situado frente al ocupado por los sospechosos. Luego ya no les fue permitido regresar a sus hogares.

Granada de mano

La propia policía explicó más tarde que el ruido lo produjo una granada de mano lanzada desde el interior contra sus efectivos. A un residente le había parecido que la puerta saltó justo cuando la empujaron, y que podría haber tenido sujeta una mina oculta accionada por contacto. Los agentes resultaron alcanzados de lleno y dos de ellos ingresaron en el hospital con heridas graves. El otro fue dado de alta en el curso del día.

A la explosión siguió un tiroteo que despertó a más vecinos y las fuerzas del orden retomaron posiciones tras sus coches. En las horas siguientes hasta el amanecer, la policía y uno de los sospechosos establecieron un diálogo a gritos, confirmado por testigos del barrio, en el que se oyeron frases como: "No estás en España ni tampoco en Israel. Aquí dialogamos", de parte de los agentes. Y también: "No eres más que un marroquí gilipollas. Un vulgar ladrón de bicicletas". La respuesta no tardó en llegar desde dentro: "Mátame sin más". Cuando le preguntaron por su nombre al sitiado, éste respondió: "Llámame La Muerte Negra".

Con las primeras luces fueron acordonadas al menos doce calles cercanas al edificio vigilado. También llegaron refuerzos de la Policía Militar que estacionaron un coche en cada cruce. En el tejado de la casa tomaron posiciones varios de sus tiradores de élite. Los vecinos más próximos fueron evacuados y debieron permanecer largas horas en las dependencias de la Haagse Hogeschool, un centro de educación superior donde les visitó el alcalde, Wim Deetman.

Hacia las cinco de la tarde la policía intentó por segunda vez penetrar en la casa, ahora con éxito. Primero hubo un tiroteo y luego salieron los dos sospechosos, ambos por su propio pie.

El herido, alcanzado en un hombro, fue conducido al hospital en una ambulancia. El otro viajó en una camioneta de las fuerzas del orden. Anoche, varios artificieros de la policía continuaban buscando explosivos. Poco antes del arresto, sus efectivos tuvieron que separar a dos grupos de vecinos, holandeses autóctonos e inmigrantes, que se habían enzarzado en una pelea al discutir lo ocurrido en el país desde la muerte de Van Gogh.

Quema de escuelas

Para unos, la quema de escuelas musulmanas y de mezquitas era un escándalo imperdonable. Para los otros, los incendios en iglesias cristianas y el asesinato mismo demostraban que la situación era insostenible. "Pero tendremos que entendernos, ¿no?", acabó oyéndose, sin una respuesta firme por ninguno de los dos bandos que se había formado espontáneamente.

Uno de los detenidos en la operación policial de ayer en La Haya es introducido con los ojos vendados en una ambulancia.
Uno de los detenidos en la operación policial de ayer en La Haya es introducido con los ojos vendados en una ambulancia.AP

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