En Cataluña uno de cada cinco recién nacidos es hijo de inmigrantes
Los alumbramientos de progenitores extranjeros aumentan el 30%
Los padres de uno de cada cinco niños que nacen actualmente en Cataluña son inmigrantes. Así lo reflejan las cifras del Instituto de Estadística de Cataluña correspondientes a 2003, cuando se produjeron 72.980 nacimientos, el 6,8% más que en 2002. Pero mientras que los nacimientos de hijos de padres españoles aumentaron el 3,5%, los de extranjeros lo hicieron el 30%, lo que evidencia el peso de la inmigración en la natalidad catalana.
El número de nacimientos creció en 2003 por quinto año consecutivo desde que se inició la actual tendencia a la recuperación de la natalidad tras una época en que se encontraba bajo mínimos, a mediados de los años noventa.
La contribución de la inmigración a esta recuperación de la población se refleja en las estadísticas de los últimos cuatro años, especialmente en las correspondientes a 2003. Según los datos que ayer hizo públicos el Instituto de Estadística de Cataluña, en el 18,4% de los nacimientos uno de los progenitores o ambos eran extranjeros. En zonas de mayor concentración de población inmigrante, como las comarcas de Girona, este porcentaje aumenta hasta el punto de que uno de cada cuatro bebés nacidos en 2003 es hijo de padres de procedencia extranjera (ambos o uno de los dos).
La creciente repercusión de la inmigración en el aumento de los nacimientos en Cataluña se debe a la llegada de mujeres en edad fértil debido, en gran medida, a la reagrupación familiar. Aunque suelen tener más hijos que las españolas, las mujeres inmigrantes rebajan en el país de acogida su tasa de fecundidad (promedio de hijos por mujer en edad fértil) respecto a la de sus compatriotas que siguen en sus países de origen, según explicó ayer el director del Instituto de Estadística de Cataluña, Josep Maria Vegara. En 2003, la tasa de fecundidad se situó en 1,38 hijos por mujer, cifra que ha ido en tímido aumento en los últimos años pero que todavía queda lejos de la considerada necesaria para garantizar el reemplazo generacional (2,1 hijos). La tasa de natalidad (número de nacimientos por cada 1.000 habitantes) se situó en 2003 en 11,1, frente al 10,7 del año anterior y del mínimo del 8,8 registrado en 1995.
6,7 millones de habitantes
La inmigración no sólo contribuye a que aumente la natalidad catalana, sino que está incrementando la población global de Cataluña incluso por encima de las previsiones de los expertos en demografía. El 31 de diciembre de 2003, Cataluña tenía 6,7 millones de habitantes, una cifra que, según reconoció ayer Josep Maria Vegara, obligó a "revisar al alza" las previsiones que había hecho el Instituto de Estadística de Cataluña.
Entre la población autóctona, el aumento de la natalidad se debe en gran medida al hecho de que las mujeres que hoy están en edad de procrear son las que nacieron en la época de la explosión demográfica de los años sesenta, conocida como la del baby boom. Se trata, pues, de una generación numerosa cuya edad media de procreación es de 30,9 años, bastante más elevada que la de las mujeres inmigrantes.
Las cifras dadas a conocer ayer confirman otra tendencia al alza que viene registrándose en los últimos años: la de los nacimientos de hijos de madres no casadas. En 2003, una cuarta parte de los bebés nacieron de mujeres en esta situación, cuando en 1975 sólo representaban el 2,2%.
También aumenta la tasa de partos prematuros (en 2003 lo fueron el 5,4%, frente al 4,1% de 1990), así como la de partos múltiples, que se han duplicado en los últimos 13 años, hasta alcanzar el 1,8% en 2003.
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