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Carod y Saura insisten en culpar a Zapatero del conflicto del catalán

La Generalitat valenciana rechaza una mediación y negociar con Maragall

La solidez del Gobierno tripartito catalán está fuera de dudas, pero ello no significa que los partidos que lo integran, al menos Esquerra Republicana e Iniciativa, respalden con el mismo brío la actuación del presidente Pasqual Maragall. Así lo expresaron ayer el líder republicano, Josep Lluís Carod, y el ecosocialista Joan Saura. Ambos se distanciaron de Maragall en su defensa de José Luis Rodríguez Zapatero por el espinoso asunto de las traducciones al catalán de la Constitución europea. Por su parte, la Generalitat valenciana ha rechazado cualquier mediación en este tema.

Maragall aplaudió, el pasado viernes, que el presidente del Gobierno reconociera en Bruselas que de los cuatro tomos traducidos de la Constitución europea dos de ellos fueran idénticos en sus versiones, el catalán y el valenciano. Todos los partidos interpretaron -menos el Partit dels Socialistes- que el presidente catalán daba marcha atrás en su amenaza de recurrir este tema a los tribunales por considerar que se estaba haciendo distinción de dos lenguas que son la misma al haber presentado dos versiones en lugar de una conjunta. Pero si Maragall echó las culpas del conflicto lingüístico al Ejecutivo valenciano del PP, y salvó a Zapatero, sus socios en el tripartito no comparten esta interpretación.

Carod y Saura se explayaron ayer en sus declaraciones sobre la polémica, pero ambos se esforzaron en evitar involucrar a Maragall. Incluso Carod salió en su defensa. Ambos dirigentes culparon abiertamente de la polémica a Zapatero, a quien apremiaron a resolverla de inmediato. "En el Gobierno de Cataluña no hay problemas sobre el hecho lingüístico", afirmó el líder independentista y limitó las diferencias en el tripartito al hecho de que "no todo el mundo entiende de la misma manera cómo se debe resolver políticamente un conflicto que no lo creó el Gobierno de la Generalitat, al contrario, que hizo un gesto inteligente e histórico al aceptar una versión que recoge expresiones más propias de Castellón que de Barcelona".

"El Gobierno catalán tiene la necesidad imperiosa y la voluntad de que este tema lo resuelva de manera inmediata quien tiene autoridad política para hacerlo" que, según Carod, es el presidente del Gobierno central.

El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, se pronunció en similares términos y restó importancia a las posibles divergencias internas: "En política no es importante si yo estoy molesto, sino mi expresión política". Y mostró preocupación por lo que consideró una "oportunidad perdida" y tachó de "equivocación" la decisión del Gobierno de presentar dos versiones.

Por su parte, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, rechazó ayer cualquier oferta de mediación para intentar llegar a un acuerdo con el Gobierno catalán sobre la denominación de la lengua. "Que nadie se moleste en enviar mediador alguno", dijo Camps, que añadió: "En estas cuestiones ni mediaciones, ni nada que se le parezca". Para el presidente del PP, las injerencias sobre el valenciano van más allá de la cuestión lingüística porque pretenden confundir a los valencianos sobre su identidad y parar el desarrollo económico de una autonomía que quiere ser española y región europea, informa Joaquín Ferrandis. Respecto a la posibilidad de un encuentro con Maragall, Camps recalcó que sólo quiere hablar del eje ferroviario, de autovías y del arco mediterráneo. "De nada más, excepto que Maragall diga que ha rectificado y diga que sí al trasvase del Ebro".

El líder de Esquerra, Josep Lluís Carod, junto al consejero de Comercio, Josep Huguet, ayer en Manresa.
El líder de Esquerra, Josep Lluís Carod, junto al consejero de Comercio, Josep Huguet, ayer en Manresa.ANDREU OLIVÉ (REGIÓ 7)

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