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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Lisboa se aleja

El objetivo fijado durante la cumbre comunitaria de Lisboa, en marzo de 2000, consistente en hacer de la economía de Europa la más próspera del planeta y la más avanzada en la sociedad del conocimiento en el año 2010, está cada día más lejano. El informe realizado bajo el auspicio de la presidencia holandesa de la UE (dirigido por Wim Kok) confirma lo que cada uno de los indicadores viene denunciando desde hace tiempo: esa convergencia del conjunto de la UE con la economía de EE UU, en términos de empleo, productividad y dotación de capital tecnológico y humano está prácticamente paralizada. La asignación de recursos públicos y privados a investigación y desarrollo, referencia esencial en la evaluación de la apuesta por un modelo de crecimiento menos vulnerable, sigue exhibiendo grandes diferencias respecto a las correspondientes asignaciones en EE UU.

Esos pobres resultados no pueden ocultar importantes diferencias en el seno de Europa. Para bien, en las economías del norte europeo, y para mal, en las del sur. Suecia, Dinamarca y Finlandia parecen haber apostado de forma decidida por la inversión en tecnologías de la información y en conocimiento (educación e I+D+i), mientras que los del sur, además de tener los peores registros de empleo y algunos de ellos también de productividad, no han dado muestras de reducir la brecha en conocimiento.

En algunas de estas economías sureñas, y la española no es una excepción, las amenazas de las consideradas emergentes ya son explícitas. Las ventajas tradicionales derivadas de costes laborales más bajos se agotan rápidamente sin que hayan sido reemplazadas por otras basadas en una mayor capacidad y calidad del capital humano y en la mejora de la innovación empresarial. Está en lo cierto el informe de referencia cuando, además de subrayar la inquietud, apela a los gobiernos para que tomen en consideración esas carencias cuando diseñen sus presupuestos. La relevancia de esa apelación es tanto mayor cuanto más tiempo se haya perdido en los últimos años.

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