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Reportaje:LA REELECCIÓN DE BUSH | Los valores conservadores

El triunfo del voto religioso

Millones de evangelistas apoyaron a Bush por su oposición al aborto y al matrimonio gay

Yolanda Monge

Cuando defiende su oposición al aborto, al matrimonio homosexual o a la investigación con células madre embrionarias, George W. Bush se asemeja a un predicador. Por su cercanía a Dios, por su lectura ferviente de la Biblia, por todos los argumentos ultrarreligiosos que durante la campaña electoral ha utilizado el reelegido presidente, millones de evangélicos han votado por él. Bush representa todo en lo que ellos creen. Desde su púlpito político defiende sus patrones morales, que consideran amenazados por los demócratas.

"Estoy en contra del aborto, y me horroriza la idea de que el matrimonio se pueda manchar", declara Anita Meléndez. Meléndez lleva toda su vida limpiando casas en Boston, desde que llegó a Estados Unidos hace más de 23 años desde la República Dominicana, y asegura que no es "profundamente religiosa", pero que "hay cosas que están mal, que van contra Dios". Meléndez votó por Bush el pasado martes.

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Meléndez es evangélico. Y sin los evangélicos, los resultados del pasado martes hubieran sido muy diferentes. Son una quinta parte de los votantes de este país e imprescindibles para entender la victoria de Bush. Que la derecha religiosa comulgue con Bush no es nada que acabe de descubrirse. Pero en el año 2000 se quedaron en casa. En 2004 han acudido masivamente a las urnas. Tres cuartas partes de los votantes blancos que se definen evangélicos cumplieron con la estrategia de Karl Rove, estratega y mano derecha del presidente -quien hizo del voto de los evangélicos uno de los pilares de la campaña-, y confiaron su voto por cuatro años más a Bush.

Sobre los resultados se harán muchos análisis y correrán ríos de tinta, pero lo que ahora parece es que la derecha religiosa contrarrestó la fuerza de los jóvenes votantes, entre los cuales el senador demócrata John Kerry sacó una ventaja de 15 puntos a su oponente. Bush obtuvo el voto de los blancos, los que tienen sueldos por encima de los 100.000 dólares al año. Y los que acuden todas las semanas a un oficio religioso. El 60% de los votantes de George W. Bush afirma que va a la iglesia una vez a la semana. Sólo un 39% en el caso de los seguidores de Kerry.

Cuando a la salida de los colegios electorales los encuestadores realizaban sus preguntas sobre asuntos de interés para los votantes descubrieron que la gran mayoría consideraba que la economía no iba bien, que el recorte de impuestos no ha ayudado nada y que la guerra de Irak era lo más próximo a un desastre. Pero uno de cada cinco aseguró que lo que realmente le importaba eran "los valores", y 8 de cada 10 eligieron a Bush para este viaje moral. Dicho de otra manera, mientras que "los valores" de Bush apenas afectan a ambas costas y las grandes ciudades, son un factor de unión básico para los ciudadanos del centro del enorme país que es Estados Unidos. Los valores cuentan en la América profunda. Si el candidato no defiende valores, no hay voto.

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En el nombre de Dios, Bush ha visto aumentar su apoyo por parte de los hispanos, las mujeres, ancianos e incluso en ciudades donde apenas tuvo repercusión en el año 2000 ha hecho muchos adeptos entre católicos y judíos. Si el voto popular le fue desfavorable a Bush en 2000 por 500.000 sufragios, el pasado 2 de noviembre se alzó con una victoria sobre su contrincante de 3,6 millones de votos.

Para entender por qué el mapa de Estados Unidos se cubrió del color rojo que representa al Partido Republicano el martes por la noche, hay que fijarse en Gary Bauer, activista conservador, antiguo candidato republicano a la presidencia y creador de una organización llamada Americanos Unidos para Preservar el Matrimonio (Americans United to Preserve Marriage).

Este grupo ha gastado un millón de dólares en Ohio, Michigan y otros Estados del país. Su mensaje era único y claro: si los votantes optaban por Kerry, tendrían una nación plagada de matrimonios de homosexuales. "Muchos americanos no quieren sentarse y tener que explicar a sus hijos por qué viven en un país en el que los hombres se pueden casar con los hombres, o por qué hay poligamia, porque esto es lo que naturalmente vendría a continuación", Bauer decía ayer en The New York Times. "Si se pueden casar dos hombres, se pueden casar tres, y cuatro o más...", razona Bauer. "Los libros de texto ya no podrán hablar nunca más de 'padres' y 'madres'. Sólo podrán hablar de 'padres", finaliza.

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Un grupo de cristianos reza ante el Supremo de Alabama para impedir la retirada de un monumento religioso, en agosto.AP

Referéndum clave en Ohio

Que Ohio haya perdido cientos de miles de puestos de trabajo bajo la Administración de Bush y que Kerry haya viajado hasta allí numerosas veces para insistir en el tema no ha hecho que este Estado, clave para inclinar la balanza, pasase del rojo republicano al azul demócrata.

Tony Perkins, del grupo conservador de Estudios de Familia, aseguraba ayer en el Times que Ohio y Pensilvania tienen perfiles demográficos muy parecidos. Bush ganó en Ohio. Kerry, en Pensilvania. La diferencia: en Ohio se votaba también un referéndum para promover una enmienda constitucional que prohíba el matrimonio entre personas del mismo sexo. No ha sido la economía, no ha sido la guerra en Irak. En esta ocasión han sido los valores, estúpido.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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