Machismo peligroso

Se podría decir que sus protagonistas son unos machistas y unos racistas, pero los calificativos no serían lo suficientemente justos dada la espeluznante variedad de actitudes y declaraciones que despliegan en este sentido. Sin embargo, el problema de XXL no radica en el carácter de sus personajes (hay cientos de magníficas películas en las que los roles principales son odiosos), sino en el tratamiento que se les da, con buenas dosis de cariño, no sólo perdonándolos sino dándoles aliento, riendo sus gracias. Julio Sánchez Valdés y Joaquín Andújar, director y guionista de la película, quieren provocar la carcajada con el retrato de lo que para ellos parecen ser unos héroes domésticos del día a día. Unos ídolos que, por otra parte, están muy decentemente interpretados por sus jóvenes actores, encabezados por el cada vez más de moda Óscar Jaenada y por el novel Juanfra Juárez, que nada tienen que ver en la esencia que anima la película.

La vulgar realización de XXL (no va mucho más allá de una mala teleserie) es casi lo de menos en una producción basada en una colección de chistes sobre mujeres, homosexuales y el tamaño del miembro masculino (de ahí el título, que bautiza la enorme talla del sexo del protagonista) que convierten las recientes declaraciones del italiano Rocco Buttiglione en una muestra de la lucha por los derechos de los más débiles. Todo ello en una película evidentemente destinada a un público semejante al que retrata: gente joven de barrio que va a ver en la pantalla actitudes no ya reprobables sino condenables y que son retratadas con simpatía. Una secuencia resume su espíritu: un chaval que trabaja como guarda jurado cuenta a sus amigos que su novia se ha enfadado con él por un suceso que les ocurrió en la montaña rusa el día anterior. En medio de una buena retahíla de insultos ("la muy zorra" es uno de los habituales a lo largo de la historia), y a través de un flash back, se descubre que la chica se ha disgustado porque el joven, celoso impenitente y sin fundamento alguno, ha dado una paliza al encargado de recoger los tiques de la atracción ferial. La causa: las supuestas miradas mutuas entre éste y su novia. Sin embargo, para los creadores de XXL, el problema de la escena no radica en la actitud del agresor ni en las consecuencias de la tunda, sino en si lo ocurrido es o no suficiente motivo para que ella monte en cólera y lleve todo el día sin poder dejar de llorar. Por cierto, el golpeado, al que también se veja en la conversación, es un negro con apariencia de inmigrante.

Una cosa es la incorrección política, que siempre es de agradecer, y otra ir dando difíciles pasitos por el alambre del peligro social. Afirma Sánchez Valdés, veterano realizador especializado en series como ¡Ay, señor, señor!, Robles investigador y Un chupete para ella, que "el comportamiento de esta pandilla no tiene nada de ejemplar, pero te ríes con ellos. Al fin y al cabo, la única enfermedad de estos tipos es la juventud y eso se cura con la edad". Si de verdad cree Valdés que esas actitudes y el concepto que se tiene de la mujer se curan con la edad es que no lee los periódicos cada día.