Berlín quita hierro a la reelección y tiende la mano
El Gobierno socialdemócrata y verde de Alemania evitó ayer cualquier reacción que pudiese ser interpretada como decepción por el desenlace de las elecciones estadounidenses. "Para nosotros es importante que sigamos cooperando en buenos términos con nuestro principal socio y aliado fuera de Europa", afirmó el ministro de Exteriores, Joschka Fischer.
Otto Schily, el más veterano ministro del canciller, Gerhard Schröder, responsable de la cartera de Interior, subrayó que no debe "preocupar mayormente" la perspectiva de un segundo mandato de George W. Bush. A su vez, Karsten Voigt, asesor de relaciones transatlánticas de Schröder, dijo que el "nuevo presidente" haría bien "en desarrollar de cara a Europa una iniciativa que permita establecer nuevos elementos comunes en el pensamiento y en la acción". En tono igualmente amistoso se pronunció la presidenta de la oposición democristiana, Angela Merkel.
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