Lula acepta la derrota en Porto Alegre y São Paulo como una "lección de democracia"

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió con espíritu deportivo la derrota política de su partido, el PT, en la segunda ronda de las elecciones municipales celebradas el pasado domingo afirmando que se trató de "una lección de democracia", y afirmó que va a recibir a todos los alcaldes elegidos y que ninguno será discriminado por motivos partidistas. Lo cierto es que la derrota del PT en las urnas fue una cuestión más de calidad que de cantidad, más simbólica y política que numérica. De hecho, de los 187 actuales pasará a controlar 409 municipios.

Los electores prácticamente repartieron sus votos entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el PSDB (Partido Socialista Democrático de Brasil), partidos que se configuran cada vez más como los ejes de un bipolarismo capaces de ofrecer una alternancia en el poder. El PT sacó 6.911.853 votos y venció en 11 de las 23 ciudades donde se presentó, pero perdió en las ciudades más ricas, politizadas y simbólicas, como São Paulo, Porto Alegre -donde gobernaba desde hacía 16 años-, Curitiba, Goiana, Cuiabá, Santos y otras. Perdió en el sur rico del país y en las ciudades más industriales, mientras ganó en el interior más pobre.

El PSDB, en la oposición al Gobierno, obtuvo 6.267.240 votos y conquistó 9 de las 20 ciudades donde se presentaba, pero se afirmó como partido de las ciudades que deciden los destinos del país y que acumulan la mayoría del PIB nacional. Sólo el Estado de São Paulo, donde ahora tanto el gobernador como el alcalde son del PSDB, supone el 30% de la renta nacional.

En São Paulo, el vencedor, José Serra, que había sido el contrincante de Lula en las presidenciales de 2002, dijo ayer que va a formar un "Gobierno de unión". Serra afirmó: "Vamos a gobernar para todos y para todas. Y subrayó el para todas, porque las mujeres son el alma de la ciudad".

En Porto Alegre, la ciudad símbolo del PT y de las experiencias políticas piloto como el "presupuesto participativo" y el Foro Social Mundial, el nuevo alcalde, José Fogaca, señaló que "hay dos cosas importantes: el presupuesto participativo y el Foro Social Mundial. Son dos marcas del gobierno del Partido de los Trabajadores y son, sobre todo, conquistas de la ciudad". El Foro Social Mundial ya había expresado su preocupación ante una eventual derrota del PT, y ahora la intención es que, tras reunirse en enero próximo en Porto Alegre, el movimiento contra la globalización vaya, en 2006, a algún país del Africa subsahariana. La gran conquista social de Porto Alegre, el presupuesto participativo, es un mecanismo que permite la participación directa de la ciudadanía en las decisiones sobre obras municipales y que ha colocado a la ciudad brasileña a la cabeza mundial de implicación ciudadana en la gestión de Gobierno. De hecho, días atrás el diario Le Monde había bautizado a Porto Alegre como la ciudad de izquierdas más significativa de América Latina.

Análisis de la derrota

Según los analistas políticos, ahora Lula tendrá que demostrar todas sus dotes de estadista para analizar las razones de fondo de la derrota del PT en las ciudades más politizadas y ricas, sobre todo en São Paulo, y para acelerar toda una serie de reformas que el país está pidiendo y necesitando para asegurarse un desarrollo económico sostenible, como la reforma laboral, la fiscal, la agraria y la política, al mismo tiempo que acabe de poner en marcha todas las iniciativas de carácter social ya anunciadas y que deberían ayudar a sacar a Brasil del triste lugar de ser el país con mayores desigualdades de renta del mundo, con un total de 40 millones de personas pobres, según datos oficiales del Gobierno.

"Han sido derrotas significativas, muy pesadas", reconoció el presidente del PT, José Genoino, quien anunció ayer que se iba a abrir inmediatamente una discusión interna para entender el porqué de las derrotas en ciudades clave, algo que disoció de inmediato de la gestión de Lula en el Gobierno.