Aerolíneas Argentinas prepara la salida a Bolsa en 2005 tras levantar la suspensión de pagos
El plan de negocios de Aerolíneas Argentinas, administrada por Air Comet, empresa del grupo español Marsans, continúa su acelerado proceso de despegue, a pesar de las impugnaciones ante los tribunales que el Ejecutivo argentino, socio minoritario de la compañía, hizo del balance de 2003. Antonio Mata Ramayo, presidente de Aerolíneas, ratificó ayer que la empresa pagará el tercer tramo de la deudas reconocidas a la mayoría de sus acreedores a fines de 2002, y levantará definitivamente la suspensión de pagos en la que se encuentra desde junio de 2001.
El presidente de Aerolíneas anticipó además beneficios por 56 millones de dólares (44 millones de euros) en 2004, un 19% más que en 2003. Mata Ramayo aseguró que la compañía comenzará a cotizar en la Bolsa de Buenos Aires a partir del "primer trimestre o cuatrimestre de 2005", informa Europa Press. "En diciembre afrontaremos unos pagos por un importe próximo a los 90 millones de dólares, equivalentes al 55% de la deuda homologada en el concurso de acreedores de diciembre de 2002, y levantaremos la suspensión de pagos que afecta a la compañía", añadió Mata Ramayo.
El proyecto de Air Comet, que a través de la sociedad Interinvest controla el 97,9% de Aerolíneas Argentinas, es desprenderse del 45% del capital de la compañía para permitir el ingreso de "un núcleo estable de accionistas", según explica Mata Ramayo. "Primero queremos vender un 15% a un núcleo estable de accionistas, preferentemente grandes empresas con intereses y actividades en Argentina, que compartan con nosotros el accionariado durante un tiempo determinado. Una vez hecho esto, situaremos en Bolsa otro 30%, que se hará a través de un banco colocador argentino que al tiempo tenga parte del capital", añadió el presidente de Aerolíneas Argentinas.
En su presentación ante los tribunales, la Subsecretaría de Servicios Financieros dependiente del Ministerio de Economía objetó el balance y el estado de cuentas de la aerolínea al cierre del ejercicio de 2003. El motivo fue el aumento, supuestamente fraudulento, del pasivo en 96 millones de dólares. Para Mata Ramayo, es un "contrasentido" que el Estado argentino, que posee el 1,3% de las acciones, impugne el balance de 2003, "cuando aprobó las gestiones anteriores, en las que se perdían 500 millones de dólares al año".
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