Coches con DNI ecológico

Sin menoscabo de utilizar siempre la alternativa más ecológica: el transporte público, cuando nos decidamos a comprar un coche nuevo, las variables relacionadas con el consumo y las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas causante del efecto invernadero, deben contar tanto o más que la potencia, el equipamiento o el espacio. Desde noviembre de 2002, todos los concesionarios de vehículos deben exponer, al lado de cada modelo nuevo y de forma bien visible, una etiqueta que muestre el consumo de carburante (expresado en litros por cada 100 kilómetros) y las emisiones de CO2 a la atmósfera (en gramos por kilómetro). Para que estas medidas se puedan contrastar, debe existir un panel informativo con datos referidos a todos los modelos de la misma marca, clasificados según su consumo, y una guía más completa de todos los turismos nuevos con una catalogación y clasificación basadas en los mismos criterios de la etiqueta.

El problema es que, tras visitar varios concesionarios de la Península, pocos cumplen a rajatabla las normas establecidas en el Real Decreto 837/2002, de 2 de agosto. El 60% muestra la etiqueta obligatoria; el 4%, la optativa; menos del 40%, el panel comparativo con todos los modelos de la misma marca, y sólo el 15% dispone de la guía más completa con todos los coches disponibles en el mercado. La labor del consumidor está clara: demandar una información que es obligatoria. En cualquier caso, sigue sin haber excusas. Puede obtenerse en etiquetas, paneles, guías, folletos o en la página web del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (www.idae.es), donde están todos los coches con su evaluación ambiental. Bajo consumo va unido a bajas emisiones, y hay que ser conscientes de que cuanto más grande y de mayor cilindrada sea un coche, más contaminante resultará, por lo que habrá que pensarse muy mucho si ese todoterreno o ese deportivo tan epatantes responden de verdad a nuestras necesidades.

El real decreto que obliga a etiquetar con información ambiental los coches también obliga a las marcas a informar en sus anuncios publicitarios de las emisiones de CO2 de cada modelo anunciado. Según un muestreo realizado entre varios diarios de tirada nacional, sólo el 17% de los anuncios lo cumplen en contenido y forma (mismo tamaño de letra que el de la información principal). El 70% informaba correctamente, pero con un cuerpo de letra diminuto.

Los Ayuntamientos tienen la potestad, por ley, de dictar ordenanzas que premien la tenencia de vehículos ecológicos. Si tiene o decide comprar un coche como los citados en el cuadro adjunto, y el municipio cuenta con la ordenanza mencionada, se puede aplicar hasta un 75% de descuento en el impuesto anual de circulación. Esta norma también es aplicable a vehículos eléctricos y alimentados con biocombustibles. Se puede acudir a cualquier Ayuntamiento para informarse al respecto e incluso pedir la aprobación de este tipo de leyes municipales.

Desde enero de 2003, un real decreto prohíbe deshacerse de los coches viejos en cualquier desguace. Los cementerios de coches incontrolados tocan a su fin, ya que ningún automóvil puede darse de baja en Tráfico sin pasar antes por un centro autorizado de recepción y descontaminación. Estos desguaces modernos se encargan de descontaminar y recuperar las piezas de los vehículos y de gestionar su baja. Sigrauto es una asociación del sector del automóvil involucrada en el tratamiento adecuado de los vehículos fuera de uso. Dispone de una página web, www.sigrauto.com, en la que consultar los más de 300 centros que existen en España.

Las marcas y concesionarios cuentan con la opción de clasificar el coche en venta con una letra que va de más (A, en verde) a menos eficiente (G, en rojo) desde el punto de vista ecológico, teniendo en cuenta si el consumo es mayor o menor que la media establecida por expertos para coches del mismo tamaño. Los coches A, B y C consumen menos que la media; los E, F y G, más, y los D pertenecen al valor medio. Esta información está disponible en la página web del IDAE.