Sant Andreu convierte Can Portabella en un barrio frente a la nueva Sagrera

De Can Portabella, las instalaciones que ocupó la fábrica textil Societat Llanera Barcelonesa, en el antiguo municipio de Sant Andreu del Palomar, sólo quedará la casa del amo -un palacete-, la chimenea central y el paseo adoquinado. Los 25.000 metros de la fábrica, situada al sur del distrito de Sant Andreu, darán paso a 300 viviendas, 75 de ellas públicas, una zona verde de 6.000 metros cuadrados y unos 3.000 para tiendas.

Todo ello situado frente al futuro nuevo parque ferroviario de Sant Andreu-Sagrera. El plazo del proyecto es de tres años y el presupuesto, de 41 millones de euros. El sector que se reforma está situado entre las calles de Virgili, Pare Manyanet, Josep Soldevila y Onze de Setembre. Justo frente al lugar donde se levantará el complejo diseñado por Frank Gehry, en el parque ferroviario de Sant Andreu-Sagrera. El nuevo espacio unirá la parte antigua de Sant Andreu con la futura urbanización de la Sagrera.

La fábrica textil dejó de funcionar en 1911 y toda la zona se llenó de pequeños talleres e industrias que han funcionado hasta la década de 1990. En 1995 empezó el derribo de algunas de las naves, al tiempo que se aprobaba el plan de Sant Andreu-Sagrera, uno de cuyos promotores fue el concejal de ese distrito, ya fallecido, Antoni Santiburcio, que vivió al lado de Can Portabella al llegar a Barcelona desde su Jaén natal. Precisamente por esa vinculación, se tiene en consideración la posibilidad de que el vial principal del nuevo barrio lleve su nombre. La sugerencia fue formulada ayer en la presentación del proyecto por el alcalde, Joan Clos, y bien acogida por el presidente de la asociación de vecinos de Sant Andreu sur, Francisco Sancho González.

Los bloques de pisos más grandes, de 10 alturas, se levantarán con frente a la calle de Josep Soldevila. Por el lado de la calle de Virgili tendrán ocho alturas y cuatro los que den al interior de la zona verde, de unos 6.000 metros cuadrados. El palacete que enmarca la entrada a Can Portabella, conocido en el barrio como la casa del amo, se rehabilitará para ser destinada a equipamientos de barrio, incluida la nueva sede de la asociación vecinal. La actual y otras siete casitas alineadas frente a la calle de Virgili, están afectadas por el proyecto y ya fueron expropiadas en una negociación que arrancó en 2001, junto con la superficie industrial. Las familias afectadas serán realojadas en los pisos de protección que levantará una cooperativa de viviendas. A diferencia de la promoción de viviendas sociales que se puso en marcha la semana pasada en el sector del 22@, con una reserva del 35% de los pisos para vecinos del barrio, esa cláusula no se ha concretado en Can Portabella. Clos destacó ayer la importancia de que el nuevo barrio conecte la parte vieja de Sant Andreu con el futuro parque ferroviario de la Sagrera.

Pero el proyecto también se lleva cosas por delante: una colonia de 40 gatos afincada en las naves de los talleres abandonados. Algunos vecinos del entorno -que a diario les proporcionaban comida- pidieron al Ayuntamiento que buscara alguna solución para atender a los animales - hasta ese momento controlados. Una vecina del barrio se lamentaba: "Pero no hemos tenido una respuesta clara y ahora los gatos se están desperdigando por el barrio".