La Eurocámara celebra con euforia la consagración de su papel de control
Malestar en las filas conservadoras por la victoria política del centro-izquierda
La Eurocámara recibió ayer entre aplausos y encendidos alegatos sobre la madurez democrática europea la decisión de Jose Manuel Durão Barroso de retirar a su equipo y presentar en breve una nueva Comisión Europea. Todos los grupos, incluidos los euroescépticos, ofrecieron su apoyo al político portugués para formar un Ejecutivo que obtenga el pleno apoyo parlamentario. El Partido Popular Europeo (PPE), el más importante, cambió radicalmente de posición acogiendo la propuesta como la definitiva "parlamentarización de la UE", si bien entre sus filas hay un enorme descontento.
Sólo algunos nacionalistas, euroescépticos y extremistas encajaron con desagrado la propuesta de Barroso, así como Rocco Buttiglione, que perdió ayer durante la histórica sesión su habitual sonrisa. El resto celebró con euforia la salida provisional de la crisis. "Usted ha tomado la iniciativa y eso es muy positivo. Ha demostrado su capacidad de liderazgo", le dijo el líder del PPE, Hans-Gert Poettering. "Hoy es un día importante. Este proceso es el de la parlamentarización de la Unión Europea".
Hasta ayer, Poettering había mantenido una actitud inflexible negándose a cualquier cambio de la Comisión propuesta por Barroso. Tanto fue así que la comisión parlamentaria que rechazó a Rocco Buttiglione hizo una doble votación en la que los conservadores, una vez vetado el italiano para la cartera de Justicia, votó sin embargo en contra de que se quedase en la Comisión en cualquier otra cartera, como proponían socialistas y liberales.
Ayer, de forma sorpresiva para parte de su grupo, Poettering, el hombre llamado a suceder a José Borrell al frente del Parlamento Europeo en 2007, dio su anuencia a un acuerdo que disgustaba a muchos de su grupo. "Esto ha sido un pulso que la izquierda ha planteado a la Comisión Europea y que evidentemente ha ganado", sentenció el jefe de filas del PP español, Jaime Mayor Oreja.
El socialista Martin Schultz se recreó en esa victoria dando la bienvenida a Poettering en esta nueva posición y pidiéndole a Barroso que no vuelva al hemiciclo con la misma Comisión que iba a ser rechazada. Pero también, a renglón seguido, felicitó al político portugués por haber escuchado a la Eurocámara.
A partir de ahí se sucedieron las declaraciones más encendidas. El líder de los liberales, Graham Watson, aseguró que el Parlamento Europeo ha crecido con esta crisis en la que, por otra parte, sólo había reclamado el derecho que le corresponde, y terminó proclamando que ayer había "perdido el euroescepticismo". El verde Daniel Cohn Bendit parafraseó a Mao Zedong diciendo que "el fracaso es prepararse para la victoria", calificó de "paso valiente" el dado por Barroso y garantizó la ayuda de su grupo para que recorra el camino que ahora debe recorrer.
El jefe de filas de Izquierda Unitaria, Francis Wurtz, calificó de "día histórico" el de ayer y aseveró que "se ha despertado la confrontación política europea frente al apaciguamiento sin debate del pasado". Aplaudió también el euroescéptico danés Jens-Peter Bonde -"ha sabido usted escuchar al Parlamento"-, así como la nacionalista italiana Cristina Muscardini.
Ante tales alegatos, Barroso terminó admitiendo lo que otros ya habían apuntado, que "con el fortalecimiento de la Eurocámara se fortalece el resto de las instituciones europeas". "No es necesario ganar autoridad en detrimento de otras instituciones", indicó el portugués en clara referencia a la Comisión, pero sobre todo al Consejo (los Gobiernos nacionales), máximo órgano legislativo de la UE que le nombró a él por unanimidad en junio pasado y que fue el que envió a Bruselas a los candidatos a comisario. En su nombre, el ministro holandés de Asuntos Europeos, Atzco Nicolaï, resumió la crisis como "la prueba de madurez de la democracia europea".
El colegio de comisarios de Jacques Santer recibió en 1995 el respaldo del 71% de los votos emitidos en la Eurocámara. Romano Prodi, en una votación ya vinculante por vez primera, logró cuatro años más tarde un apoyo del 71,9%. Barroso dijo ayer que quiere presentar una Comisión Europea que recupere la cultura del consenso.
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