_
_
_
_
LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

La mayoría de votantes teme que la elección se juegue en los tribunales

Giuliani y Schwarzenegger entran en la campaña para apoyar a Bush

En los últimos días de una campaña en la que todo vale y el empate no parece romperse, Kerry ataca a fondo en el capítulo en el que Bush más le aventaja, el de la seguridad y la lucha contra el terrorismo. "El presidente ha fracasado en su tarea fundamental: mantener seguro a EE UU", dijo ayer. Mientras, la mayoría de los estadounidenses teme que no haya un vencedor claro y que los tribunales ocupen el lugar de las urnas.

Ante los ataques del demócrata, Bush no se queda atrás, e insistió ayer en que Kerry es débil en defensa y que subirá los impuestos.

Más información
Vargas Llosa 'vota' a Kerry
Los veteranos de guerra confían en Bush
"En el fondo hay mucho en común entre EE UU y Europa"
DIARIO DE CAMPAÑA
Qué significa para el mundo la elección entre Bush y Kerry

En su esfuerzo por enviar mensajes claros que pongan en duda la competencia de la Casa Blanca, Kerry acusó a Bush, como había hecho el día anterior, de ser responsable de la desaparición -en abril de 2003- de 380 toneladas de explosivos de una instalación militar iraquí, y no pudo evitar la tentación de decir: "Los terroristas podrían utilizar esos explosivos para producir bombas y destruir edificios enteros, destrozar aviones y carros de combate, y matar a nuestros soldados". La campaña de Bush dijo que los demócratas agitan con falsedades, porque los explosivos llevan 18 meses desaparecidos y muchos han sido destruidos. Joe Lockhart, portavoz de Kerry, insistió en que el asunto ilustra la irresponsabilidad de la Casa Blanca y su incapacidad a admitir errores.

Bush trabaja, por su parte, en el objetivo de pintar a Kerry como débil y contradictorio. Tras recordar que alabó el cerco contra Bin Laden y ahora lo critica, el presidente defendió en Wisconsin el argumento que hasta ahora le ha dado resultado en la opinión pública: "En los días buenos y en los malos, con encuestas positivas o negativas, estoy decidido a ganar la guerra contra el terror y apoyaré siempre a los soldados de EE UU". Bush aprovechó para recordar el otro eje de su campaña y acusó a Kerry de querer volver "a los días de más impuesto y más gastos".

En la batalla de la popularidad, el empujón que Kerry trata de conseguir de Clinton; de su mujer, Hillary, y de Al Gore -y de Bruce Springsteen, que estará mañana en Wisconsin y Ohio- tiene su contrapartida en las figuras que ayudan a Bush. En Colorado, el popular ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani arremetió contra el demócrata: "Corremos el riesgo de volver a donde estábamos antes del 11-S con alguien que parece no aclararse sobre si el terrorismo es algo grave o una molestia". Otro apoyo que puede revelarse decisivo es el de Arnold Schwarzenegger. El gobernador de California viajará a Ohio al final de esta semana para pedir el voto para el presidente. Incluso la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice, ha saltado a la arena, y ayer habló en California para criticar lo que considera "la posición defensiva y limitada" de Kerry contra el terrorismo.

La impresión sobre lo que ocurrirá dentro de una semana es pesimista: según un sondeo de Associated Press, el 60% cree que no habrá un ganador claro y el 50% teme que la discusión acabará en los tribunales, como hace cuatro años. La combinación de todos los sondeos arroja una pequeña diferencia a favor de Bush, pero es un dato que hay que tomar con prudencia: primero, porque la ventaja (dos a tres puntos) entra en el margen de error; segundo, porque combinar decenas de sondeos en los que se han empleado metodologías distintas arroja la misma claridad que un puré de verduras pasado por la batidora, y tercero, porque las encuestas que importan son las de los Estados empatados. Los sondeos internos que manejan los demócratas en Ohio -llamado a ser, según los pesimistas, la Florida de 2004- indican, según fuentes del partido, que Kerry tiene de tres a cinco puntos de ventaja.

Hasta tal punto es incierta la situación, que el informe elaborado ayer por uno de los mejores analistas electorales, Charles Cook, para sus clientes arranca así: "No tengo ni idea de quién va a ganar estas elecciones. De verdad, ni idea".

El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani (izquierda) y Bush, ayer en Greeley (Colorado).
El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani (izquierda) y Bush, ayer en Greeley (Colorado).ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_