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GUIÑOS
Columna
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Certamen internacional

El VII Certamen internacional de Fotografía que organiza la Obra Social de la Caja Vital se ha presentado hace unos días en la Sala Luis de Ajuría. El conjunto de las imágenes de la muestra presenta claros y oscuros. Por un lado resulta incuestionable su interés, no en vano se descubren aspectos del hacer fotográfico en 29 países, que es de donde llegan los participantes. Sin embargo, al enseñarnos, en la mayor parte de los casos, obras aisladas de los autores, nos queda la duda de hasta dónde llega la creatividad de cada uno de ellos. La selección realza mayoritariamente una belleza insulsa, útil como gancho turístico o para convertirse en un una pasajera tarjeta postal, siempre bien recibida. No obstante, después de una observación sosegada de esta belleza, la sensación que termina quedando es de vacío, entiéndase como ausencia de contenido y significado. Pocas son las fotos que ofrecen esa mínima reflexión intelectual que debe exigirse a toda composición plástica. Bien es cierto que las fotografías se detienen en reglas compositivas más o menos acertadas y técnicas peor o mejor traídas, pero no solo se trata de eso, es preciso incorporar en ellas el reflejo de un pensamiento.

Volviendo a la exposición y al sólido catálogo que publican los organizadores de este certamen, encontramos trabajos de cierta envergadura. Las cuatro piezas del italiano Gianni Scianchi sobre La Cittaintorno merecen, tal como ha sucedido, una buena catalogación. Cada una de las imágenes agrupa el movimiento de los peatones por la ciudad y junto a ellos, en primer plano, fuertes reclamos publicitarios. Un binomio repetido en todas las tomas que cuenta de un buen hacer y ofrece sutiles sugerencias. El resto de nominaciones quedan muy lejos de esta.

En el gran paquete de fotos restantes topamos con incomprensibles bodegones, desnudos absolutamente aburridos, fotomontajes con muy poca retranca, tratamientos digitales sin excesiva enjundia. No obstante, entre obras seleccionadas, también podemos encontrar detalles esperanzadores en la fotografía del vietnamita Duong Quang Thang que nos muestra a una artesana haciendo sombreros cónicos, como evidente metáfora de los métodos productivos de su país. El mismo aplauso podríamos ofrecer a trabajos como el del ucraniano Lubov Savelena, cuando registra el contraste de un paisaje donde se funden los humos industriales con la blancura de los frutales podados.

Las luces y sombras apuntados se hubieran podido convertir en un estallido luminoso haciendo una selección más estricta de los 512 participantes y de sus 1.811 fotografías enviadas.

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