'Botellón' en el poblado tartesio

El yacimiento arqueológico del cerro del Carambolo, en la localidad sevillana de Camas, estaba llamado a ser una pieza fundamental para completar el mapa de la cultura tartesia, según anunciaron en octubre de 2002 los responsables de las últimas excavaciones que se han llevado a cabo en la zona. Ahora, a la espera de que la Junta decida si hay que continuar con las catas, la asociación para la protección del patrimonio histórico Ben Baso denuncia que la lluvia y los botellones que se celebran en la zona están acabando con muchos de aquellos vestigios.

La última vez que el delegado de Cultura en Sevilla, Bernardo Bueno, visitó el yacimiento del Carambolo fue un día a las ocho de la mañana. No había arqueólogos trabajando, pero sí jóvenes bebiendo. "Por lo visto tiene una salida de sol muy bonita", advierte el Bueno. Su departamento ha instado al propietario del solar, el grupo sevillano Gabriel Rojas, a que proteja los restos e impida el libre acceso, pero la sociedad, que ha realizado las excavaciones como paso previo a la construcción de un hotel, todavía no ha adoptado las medidas necesarias. "Todavía están en tiempo y forma", dice el delegado.

La asociación de profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico Ben Baso denunció ayer el estado de "abandono" en el que se encuentra este yacimiento arqueológico, donde fue hallado el tesoro del Carambolo en 1958. El presidente de Ben Baso, Esteban Moreno, aseguró ayer que varios muros de adobe y un pavimento de conchas marinas presentan importantes daños.

"Los plásticos que cubrían el solar han volado, las conchas están desapareciendo por pisadas o expolio, ha crecido vegetación entre los restos y el adobe se desmorona con la lluvia", insistió Moreno. "Entendemos que es una propiedad privada y que preservarla es competencia de sus dueños, pero, si éstos no atienden su obligación, la Junta debería actuar de forma subsidiaria", sostuvo.

Los trabajos de excavación están parados desde el pasado verano. Según explicó Bueno, hay opiniones dispares: "El informe dice que aquello no se puede mantener, que el adobe no aguanta. Pero otros arqueólogos dicen que sí. Hay que estudiarlo bien y decidir, para eso estamos los políticos". Además Cultura tendrá también que determinar si continúan o no las excavaciones y si el grupo Gabriel Rojas puede construir el hotel.

Algunos de los vestigios se retiraron del solar y se exhiben al público en un local habilitado por el Ayuntamiento de Camas. "Queremos hacer un centro de interpretación, pero estamos a expensas de lo que nos diga la Junta. No podemos hacer vigilancia las 24 horas al día, así que cuando se va la policía vuelven las motos y los coches", explicaron fuentes municipales.

La mayor parte del solar, de 3.700 metros cuadrados, estaba hasta hace poco ocupado por unas instalaciones de la Real Sociedad de Tiro al Pichón, cuya construcción dañó gravemente los restos enterrados. De ahí que los arqueólogos encargados de los últimos trabajos advirtieran de que, aunque los vestigios eran importantes, su grado de conservación era sólo medio, porque la mayoría de los restos habían aparecido cortados por tuberías y otras infraestructuras de los saneamientos de las antiguas instalaciones. "Ése es uno de los problemas de este terreno. No está catalogado porque se suponía que el tiro al pichón lo había destrozado todo y que allí ya no había nada", señaló Bueno.