Alí Abbas, de 13 años, y su amigo Ahmed Farzan / LUIS ALBERTO GARCÍA
La destrucción que no cesa
Él está mucho mejor que hace un año y medio. Ahora tiene brazos, puede comer solo y escribir. Pero Alí Abbas, el niño que perdió los dos brazos en un bombardeo en la guerra de Irak y cuya fotografía se convirtió en un símbolo, acaba de volver a Bagdad, hace un mes, y no está contento.