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El 'pequeño Azca' de la Castellana costará 120 millones

Un doble anillo de túneles regulará el tráfico bajo las cuatro torres de la Ciudad Deportiva

El Ayuntamiento comenzará "en el primer trimestre de 2005", con un año de retraso sobre el plazo previsto, la construcción de un doble anillo de túneles bajo la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, en el paseo de la Castellana. La nueva infraestructura subterránea, que pretende evitar el colapso circulatorio en la zona cuando entren en funcionamiento las torres de oficinas que se están levantando allí, costará 120 millones de euros: el 80% correrá a cargo del municipio, y el otro 20% lo pagarán los dueños de los rascacielos. Las obras durarán entre dos años y 30 meses.

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El pequeño Azca de la Castellana -como han apodado al proyecto los técnicos de la Concejalía de Urbanismo- es una de las obras más caras previstas por el gobierno municipal para los próximos años, excluida la reforma de la M-30. En los presupuestos de 2005 figura ya una primera partida de 30,7 millones de euros, y el coste total alcanzará los 120 millones en 2006. "Es cierto que es bastante más de lo que preveíamos, pero es que cuando los ingenieros se pusieron a elaborar el proyecto se dieron cuenta de que era mucho más complejo de lo que pensábamos: había muchos enlaces no contemplados", explica el concejal de Hacienda, Juan Bravo, del PP.

La obra será licitada y adjudicada "en dos o tres meses", y los operarios empezarán a horadar el suelo "en el primer trimestre de 2005, seguramente en febrero", según el director general de Infraestructuras Urbanas, Manuel Arnaiz. La obra la contratará el Ayuntamiento, y luego les irá pasando facturas a las empresas propietarias de las torres por valor de ese 20% del total del coste.

La nueva infraestructura no es un invento del equipo de Alberto Ruiz-Gallardón, sino fruto del convenio firmado en mayo de 2001 por el Ayuntamiento, la Comunidad y el Real Madrid para recalificar los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid (lo que, a la postre, generó al club una plusvalía de 600 millones de euros). El suelo lo compraron cuatro empresas privadas (las inmobiliarias OHL y Vallehermoso, la petrolera Repsol YPF y la aseguradora Mutua Madrileña Automovilística) para levantar sendos rascacielos destinados a oficinas.

Cuando esas oficinas se llenen de oficinistas, allá por 2007, el volumen de coches que circulará por la zona se multiplicará. Miles de personas, trabajadores o visitantes, entrarán y saldrán de las cuatro torres cada día, y muchas de ellas lo harán al volante de sus coches. Urbanismo teme que eso pueda llegar a colapsar en superficie el paseo de la Castellana, la avenida de Monforte de Lemos, la calle de Sinesio Delgado y los alrededores del hospital La Paz. De ahí que el convenio de 2001 incluyera la construcción de un sistema de túneles para adelantarse al caos y descongestionar el tráfico en superficie.

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El proyecto de obra que se pondrá en marcha en febrero es básicamente el mismo que manejaban los ingenieros municipales hace un año; la única novedad de calado, no prevista entonces, es el enlace con el túnel de Pío XII, que a su vez será ampliado. Así, los conductores podrán salir de Pío XII a la Castellana o cruzar por debajo y continuar por el anillo de túneles hacia Monforte de Lemos.

El anillo subterráneo está configurado en dos niveles (ver gráfico): el más cercano a la superficie contará con tres o cuatro carriles por sentido y rodeará íntegramente los rascacielos. Por él circularán los conductores que quieran acceder a las oficinas. Tendrá al menos cuatro accesos directos: Sinesio Delgado, Monforte de Lemos, Castellana norte y Castellana sur.

El segundo pseudoanillo (abierto por detrás de las torres, hacia Monforte de Lemos y la calle de Pedro Rico) servirá, sobre todo, para distribuir el tráfico de paso, en especial el de los autobuses interurbanos que conectan la capital con los municipios del norte, y que ahora quedan atrapados a diario en el atasco del nudo norte: en un futuro, según Urbanismo, estos autobuses tomarán uno de los nuevos túneles de la M-30, seguirán por el segundo anillo de las torres y saldrán a la superficie prácticamente en la plaza de Castilla.

Una ciudad en el subsuelo

En apenas año y medio de mandato, el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón ha programado más kilómetros de túneles que su antecesor, José María Álvarez del Manzano, en los 13 años que fue alcalde: el entonces regidor aprobó la construcción de 28 pasos subterráneos que, en total, no sumaban más de 13 kilómetros; por contra, sólo los túneles de la nueva M-30 suponen más de 15 kilómetros, y a ésos hay que añadir la extensión en un kilómetro del túnel de O'Donnell, el nuevo de Pío XII (823 metros), el de Bravo Murillo (1.300) o el de Cuatro Caminos (500 metros).

El pequeño Azca bajo la Castellana, sin embargo, no figuraba en el programa con el que Ruiz-Gallardón concurrió a las elecciones: es un compromiso heredado del convenio firmado en 2001 entre el Ayuntamiento, la Comunidad y el Real Madrid, por el que las administraciones autorizaron la recalificación del terreno de la Ciudad Deportiva y dieron vía libre a la construcción de cuatro rascacielos. El convenio obligaba al Ayuntamiento a construir un sistema subterráneo de distribución del tráfico para evitar un colapso en superficie.

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