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Plastificantes de Lutxana cierra su actividad por los controles medioambientales impuestos tras un escape

Anteriormente fue una de las pocas empresas cuya producción se ha paralizado en Euskadi por contaminación medioambiental. El único antecedente reseñable era el de la química Rontealde, que se cerró durante dos semanas en 1994 a consecuencia de un escape tóxico que causó la muerte de un vecino de Barakaldo. Plastificantes de Lutxana, que desde 1989 se dedicaba en Barakaldo a elaborar productos químicos plastificantes, estuvo clausurada casi un mes -entre el 3 de septiembre y el 1 de octubre- por causar una contaminación atmosférica tras una grieta en una bomba de la planta. La consecuencia fueron afecciones respiratorias a los vecinos, de los que 60 tuvieron que ser desalojados de sus hogares ocho días.

La orden del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno, sólo permitió la apertura con condiciones: la imposibilidad de verter sus residuos pluviales y de saneamiento al colector municipal. Esto obligaba a la factoría a depositar estas aguas en el colector donde iban los residuos más contaminantes, con un mayor coste económico. La situación se hizo tan insostenible que a finales de mayo decidió paralizar su producción. El cierre ha sido discreto: ni los sindicatos, que alcanzaron un acuerdo para recolocar o indemnizar a los 33 empleados, ni la empresa ni el ayuntamiento se han esforzado por difundirlo.

"A mí en abril el alcalde [el socialista Tontxu Rodríguez] me dijo que estaríamos ya conformes, porque la fábrica iba a cerrar", dice Mercedes Hernando, una de las vecinas de Camino Río Castaños, a pocos metros de la fábrica. "Hay gente que sigue con molestias y continúa acudiendo al Hospital de Cruces", agrega. La residente admite que el cierre ha propiciado "más tranquilidad", aunque cree que ha tenido una influencia determinante la construcción en los alrededores de la nueva Feria de Muestras, BEC, "porque se preocupan de que todo esté mejor".

Cerca de 140 vecinos presentaron en abril una querella contra la empresa por un delito ecológico y otro de lesiones,que tres meses después ampliaron al Ayuntamiento de Barakaldo, los Departamentos de Medio Ambiente, Industria y Comercio y Osakidetza, por ser "cómplices o coautores necesarios" del delito. Según la querella, la empresa lleva vertiendo contaminantes al río Castaños ininterrumpidamente desde 1997. "La denuncia está todavía pendiente", asevera Hernando.

Plastificantes de Lutxana no ha iniciado todavía el desmantelamiento de la planta -que incluye la limpieza de los suelos por parte de la sociedad pública Ihobe-, pero ya han aparecido problemas. En el desmontaje de las tuberías exteriores, a cargo de otra empresa, hubo una fuga el pasado día 14, que provocó heridas a un operario. El incidente sirvió para descubrir que no existía un plan de obra con medidas de protección medioambiental, por lo que Medio Ambiente decretó la paralización de los trabajos, una orden que todavía persiste.

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