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La minoría serbia boicotea las elecciones legislativas de Kosovo

El nuevo Parlamento deberá decidir el estatuto final de la provincia

Guillermo Altares

En los centros donde vota la mayoría albanesa de Kosovo (90% de los 1,8 millones de habitantes), las segundas elecciones parlamentarias desde los bombardeos de la OTAN de 1999 transcurrieron ayer con normalidad. Con una escasa presencia policial y una participación tardía a causa del Ramadán (mes de ayuno musulmán), ciudadanos de todas las edades acudieron a las urnas, en su mayoría con la esperanza de que algo cambie en esta provincia serbia administrada por la ONU.

En las zonas donde vive la minoría serbia de Kosovo (el 8% de la población) la situación es completamente diferente. Sólo dos listas serbias se han presentado a estos comicios, cruciales para el futuro de Kosovo porque los 120 diputados que saldrán elegidos deberán participar en las negociaciones de 2005 para decidir el estatuto definitivo de la provincia.

En el pequeño enclave serbio del barrio de Ulpiana, en el centro de Pristina, que quedó arrasado durante los ataques sectarios de marzo, que costaron la vida a 19 serbios, dos vehículos suecos de las tropas internacionales de la KFOR y tres unidades de la policía internacional vigilan un minúsculo colegio electoral. Las viviendas, sórdidos bloques de la época socialista, han sido reconstruidas, pero no los soportales: en ellos, antes había tiendas; ahora, cristales rotos y locales abandonados. Allí viven los últimos serbios que quedan en la capital. De los 130 inscritos que acudieron a las urnas en las legislativas de 2001, sólo uno lo hizo ayer.

"Los serbios han decidido no votar y no tiene nada que ver con lo que diga Belgrado", asegura Savic Zivka, una mujer de 47 años, en referencia al llamamiento al boicoteo realizado tanto por el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, como por los popes de la Iglesia ortodoxa y casi todos los líderes locales. "En estos cinco años no nos han dado nada. Después de lo que pasó en marzo no confiamos ni en la ONU ni en la KFOR ni en el Gobierno de Kosovo porque no fueron capaces de protegernos", agrega.

En Gracanica, a unos 10 kilómetros al sur de la capital, ya no se anuncia el principio de la zona serbia en el control de la KFOR, que ha sido desmantelado, sino en los carteles escritos en alfabeto cirílico. Hay soldados frente al impresionante monasterio medieval, uno de los muchos que hay en la zona. Kosovo es considerado la cuna espiritual de los serbios, donde reside la épica de su independencia, aunque son minoritarios aquí desde hace décadas. Bajo el régimen de Slobodan Milosevic se produjo una brutal represión contra los albaneses y, tras la guerra, las revanchas fueron terribles.

Gracanica tiene 5.000 habitantes, pero sólo habían votado siete a mediodía. En Kosovo quedan 128.000 serbios y otros 108.000 viven refugiados en Serbia, donde también se habían instalado colegios electorales. A media tarde habían votado 364, aunque en la localidad de Yagodina no se abrieron las urnas hasta las cinco de la tarde, después de unas protestas.

"Nuestro deber es que no se produzca ningún tipo de intimidación y, hasta el momento, puedo decir que todo está tranquilo y que la gente puede votar con total libertad", señala frente al colegio electoral de Gracanica el danés Kai Vittrup, comandante en jefe de las fuerzas policiales internacionales, que ha recorrido durante la jornada los principales colegios electorales serbios para recabar información.

Intimidaciones

En cambio, Olivier Ivanovic, un líder moderado que encabeza una de las dos listas serbias que compiten en las elecciones, asegura por teléfono desde Mitrovica que sí ha habido amenazas. "Esperábamos una baja participación, pero no en este nivel. Creo que se debe a una gran frustración y también a que se han producido intimidaciones por parte de serbios para que la gente no votase", dice. Un portavoz de Unmik también reconoció que se habían producido presiones sobre los serbios para que no participaran en el proceso.

Con boicot o sin boicot, los serbios tienen asegurados 10 de los 120 escaños de la futura Asamblea. Anoche, no se habían proporcionado datos definitivos de participación (37% a las tres de la tarde) y los primeros resultados provisionales se conocerán mañana. Los definitivos se harán públicos dentro de una semana.

Se espera una victoria de los partidos mayoritarios, la moderada Liga Democrática de Kosovo (LDK) del presidente Ibrahim Rugova y, en segundo lugar, del Partido Democrático de Kosovo (PDK), ambos con promesas de independencia. No hay que descartar un resultado sorpresa para Vetton Surroi, un magnate de la prensa que ha centrado su campaña en la economía. En 2001, fueron necesarios tres meses para formar Gobierno. Muchos esperan las largas negociaciones para alcanzar una coalición se repitan.

Ibrahim Rugova.
Ibrahim Rugova.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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