Universidad
Una vez más veo en la prensa las promesas de un presidente de Gobierno sobre mejoras de la Universidad española. Y una vez más se pretende mejorar haciendo tabla rasa de lo anterior, y con una nueva ley. Una vez más está aquí la ilusión óptica de la burocracia legislativa, que supone cada vez para el conjunto del Estado una inversión extraordinaria en sueldos de personas y en medios de implementación, y un tiempo de desarreglos en las organizaciones.
Se echa en falta, como siempre, una voluntad eficaz de mejora, porque ésta se obtiene gestionando bien los recursos de gestión y humanos disponibles, mejorando en la práctica lo existente, y dotando de verdad en tiempo real los presupuestos para investigación.
Una vez más: por favor, no deshagan, hagan. Y no demos tres cuartos al pregonero antes de tener la mercancía.
Hagamos con la educación una profunda política de Estado; es tan importante como la lucha antiterrorista. Los profesionales ya hemos visto demasiado para vivir de entelequias, y el futuro del país está en juego.
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