La gripe se convierte en un arma electoral

La gripe se ha convertido en un tema de campaña. O mejor: la vacuna contra la gripe. Con el país conmocionado ante la escasez de vacunas para enfrentar la gripe, con ancianos haciendo interminables colas para poder ser vacunados, con todos los programas informativos o debates de televisión con referencias continuas al asunto, hasta con los humoristas aconsejando a George W. Bush que mejor que le pregunte a Sadam Husein si tiene él las ansiadas y codiciadas vacunas, los candidatos a la presidencia no podían perder tamaña oportunidad de echarse a la cara otro trapo sucio.

Desde que a principios de mes se supo que EE UU sólo recibiría la mitad de las vacunas contra la gripe que esperaba recibir, John Kerry no ha perdido ocasión de caracterizar el hecho como otra muestra más de la incompetencia de la Administración de Bush. Y Bush no se queda atrás y aprovecha para asegurar que la culpa es de Kerry porque en su momento, en la década de los noventa, los demócratas crearon regulaciones sanitarias que ahora han llevado a esta situación.

En un Estado abarrotado de votantes ancianos, muy preocupados sobre si tendrán o no vacuna, Bush acusó ayer en un discurso en St. Petersburg (Florida) al candidato demócrata de usar unas "tácticas del miedo" sobre la escasez de dosis contra la gripe para ganar votos. "Sé que muchos de vosotros estáis preocupados porque llega la época de la gripe", se dirigió Bush a su audiencia, "pero os aseguro que el Gobierno está haciendo todo lo posible para ayudar a los ancianos y a los niños a que tengan su vacuna a pesar del defecto en su manufacturación que ha causado el problema". El Reino Unido ha suspendido recientemente la exportación a EE UU de vacunas contra la gripe debido a un problema en su fabricación, lo que ha cortado en la mitad el número de dosis que recibirá este último país.