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La Iglesia anglicana pide una moratoria contra los obispos homosexuales

La Iglesia anglicana lanzó ayer una propuesta para evitar el cisma que puede dividirla entre quienes defienden y quienes se oponen al nombramiento de obispos abiertamente homosexuales. El arzobispo de Armagh y primado de Irlanda, Robin Eames, hizo público un extenso documento en el que se pide una moratoria que evite el nombramiento de nuevos obispos gays hasta que haya un consenso sobre el tema.

El documento se abstiene de pedir la expulsión de la Iglesia Episcopaliana de EE UU, que el año pasado nombró obispo de New Hampshire al prelado Gene Robinson. Pero exige que los 51 obispos que asistieron a la ordenación de Robinson se disculpen por haber roto unilateralmente las reglas de la comunidad anglicana mundial y sugiere que hasta entonces sean suspendidos de sus funciones.

El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, hizo un llamamiento para que los anglicamos "reflexionen sin precipitación" sobre el texto, un documento que no pretende llegar a una conclusión sino evitar un cisma que deje en un lado a las iglesias que consideran que los textos bíblicos son incompatibles con la homosexualidad y quienes defienden lo contrario. El obispo Eames negó que el texto fuera "una fuga hacia adelante" y subrayó que en la Iglesia anglicana "no hay lugar para la homofobia".

El nombramiento de Gene Robinson como obispo de New Hampshire provocó una agria reacción de las Iglesias más evangelistas de la comunidad anglicana, principalmente en algunos países de África y América Latina, que llegaron a amenazar con romper relaciones no sólo con los anglicanos de EE UU sino con quienes apoyaran la ordenación de homosexuales en la jerarquía anglicana.

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