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Reportaje:

El 'cannabis', más cerca de las farmacias

Cataluña ultima un acuerdo con Sanidad para experimentar el uso terapéutico de esta droga ilegal

María Dolores Albert empezó a fumar porros de marihuana a los 46 años. Se lo recomendaron algunos amigos y, en confianza, también algunos médicos. Lo dejó un año y medio después, a la vez que terminó el agresivo tratamiento de quimioterapia con el que detuvo un cáncer de mama. "El THC es una sustancia contenida en el cannabis que controla las náuseas", explica, con 51 años, convertida en una experta. "Las náuseas son la gran bestia negra de la quimioterapia. Si las eliminas, puedes levantarte de la cama, comer y beber". El cannabis es una sustancia ilegal, considerada una droga a escala mundial y cuya producción y venta están tipificados como delito en España.

Pero antes de final de año, el debate sobre los efectos terapéuticos de esta droga, como los que describe Albert, y su aprovechamiento en la sanidad se dispone a recibir un impulso sin precedentes. La Generalitat de Cataluña ultima los detalles de un acuerdo con el Ministerio de Sanidad para iniciar un programa piloto que estudie el uso legal de esta sustancia para indicaciones terapéuticas (como tratamiento contra el dolor) conocidas por médicos y farmacéuticos desde hace años. "El convenio se está ultimando y todo apunta a que se firmará antes de que acabe el año", afirmó el viernes Rafael Manzanera, director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat.

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La Generalitat se inspira en un proyecto holandés donde más de 8.000 pacientes consumen cannabis con fines terapéuticos. "Queremos la máxima accesibilidad; garantizando las condiciones de control, calidad y seguimiento, puede ser que el convenio recoja la dispensación en hospitales y algunas oficinas de farmacia seleccionadas", añadió Manzanera.

No es la única iniciativa en este ámbito. En los últimos meses España ha vivido una verdadera avalancha de proyectos, anuncios, estudios y declaraciones en favor del empleo del cannabis como medicamento. En noviembre pasado, un equipo de la Universidad Rey Juan Carlos demostró que el cannabis era un analgésico útil para tratar el dooor derivado de un fármaco contra el cáncer de ovario y de mama. El pasado agosto se dio a conocer una investigación sobre el dalta-9-tetrahidrocannabinol, el THC del que habla Mª Dolores Albert, que demuestra que este componente impide la formación de uno de los tipos más peligrosos de cáncer de cerebro. El descubrimiento lo prueba un equipo de la Universidad Complutense de Madrid desde hace más de un año en pacientes de los hospitales Universitario de Tenerife y La Paz de Madrid.

En el plano político, además de la presión por parte de Cataluña, el Partido Socialista de Euskadi (PSE) presentó una proposición no de ley en el Parlamento de Vitoria abogando por la dispensión terapéutica del cannabis.

Unas declaraciones de la ministra de Sanidad el pasado mes de julio, cuando anunció que su ministerio está estudiando el uso terapéutico del cannabis, le dio carácter gubernamental al debate. "Hay expertos y sociedades científicas que dicen que en determinados casos puede tener utilidades terapéuticas", afirmó Salgado. "Puede que en determinados casos se administre cannabis bajo control médico", añadió en el Colegio de Médicos de Barcelona, una de las principales instituciones que apoyan esta posibilidad. En la misma intervención, Salgado se mostró contraria a la pretensión de que se dispense en farmacias fuera de los hospitales.

El Ministerio de Sanidad confirma que la Dirección General de Farmacia y la Agencia del Medicamento están estudiando el tema a petición de Cataluña. Si finalmente da luz verde al convenio, este ensayo empezaría en 2005 con alrededor de 1.500 pacientes en Barcelona, según fuentes cercanas al proyecto, siempre previo diagnóstico y prescripción médica.

"Es muy importante, además de incorporar nuevos pacientes, recuperar aquellos enfermos que se están tratando con cannabis sin ningún control", explica Rafael Borràs, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, que forma parte del comité del proyecto de la Generalitat. Se refiere a casos como el de María Dolores Albert, que cuando se decidió a usar la marihuana para calmar las náuseas de la quimioterapia lo hizo fumando. "No conocía las formas en que se puede tomar", dice Albert.

Después entró en contacto con la asociación Agata, de la que forma parte. Esta asociación se dedica a informar a mujeres bajo quimioterapia sobre cómo el cannabis puede ayudar a mitigar su calvario. Está compuesta por 500 mujeres afectadas de cáncer de mama. "Somos una asociación de utilidad pública desde 1998", añade Albert.

Estos eran los cauces de información, formales pero no oficiales, hasta que el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona se ha decidido a informar en su página www.farmaceuticonline.com, donde está disponible un prospecto médico sobre el cannabis, con sus indicaciones, dosificación, efectos secundarios y advertencias, como si de aspirina se tratara. El Colegio descubrió a través de un estudio que el 57% de las personas que usan hachís para calmar el dolor lo hacen de forma incorrecta.

La Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis (ARSEC) abrió hace más de un año un consultorio dos días a la semana para informar sobre el tema. "El problema es que estos enfermos no saben cómo utilizarlo. En el 80% de los casos se usa para tratar las náuseas y vómitos que provoca la quimioterapia, que prácticamente la totalidad de los casos resulta efectivo", explica Jimena Fiz, la doctora que está al frente de la consulta de ARSEC, que también informa sobre cómo tener el cultivo de la planta en casa. Ha recibido más de 200 consultas.

El proyecto de la Generalitat "es la solución para las personas que lo utilizan a pesar de la ilegalidad", afirma Fiz, "ya que su mayor problema es cómo obtener la marihuana en el mercado negro". A María Dolores Albert se la enviaban desde Estados Unidos. "Tenía una amiga que me mandaba la planta, porque allí se usa en muchos Estados", dice.

La Generalitat de Cataluña lo tendrá más fácil para conseguirla, a pesar de ser un producto ilegal, cuyo comercio está gravemente penado. "En Holanda hay dos laboratorios que están dispuestos a suministrarnos la planta. De esa planta, los farmacéuticos podemos hacer cápsulas con excipiente de aceite de sésamo para que el cuerpo metabolice mejor el cannabis", explica Borràs.

Sin embargo, según Borràs, el proyecto catalán busca diferenciarse respecto a Holanda, país que ha legalizado este uso terapéutico. Mientras en Holanda el paciente usa el cannabis bajo demanda, aquí se pretende marcar unos parámetros para las dosis. "Básicamente se dispensaría a pacientes que sufren nauseas y vómitos provocados por la quimioterapia, enfermos de esclerosis múltiple, los que sufren dolor de origen nervioso y como estimulante del apetito en enfermos de HIV", afirma Borràs.

El departamento de Salud que dirige la consejera Marina Geli pretende que los resultados de esta iniciativa puedan ser utilizados como base para una futura regulación en España que autorice el uso del cannabis con fines terapéuticos, siempre bajo estricto control médico. El Gobierno catalán pactó en su programa el apoyo y la cobertura legal y científica de este uso.

María Dolores Albert tomó <i>cannabis</i> para calmar las náuseas de la quimioterapia cuando sufrió cáncer de mama.
María Dolores Albert tomó cannabis para calmar las náuseas de la quimioterapia cuando sufrió cáncer de mama.CARLES RIBAS

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