"El Egipcio representaba el programa de Al Qaeda a la perfección"
Armando Spataro, de 56 años, ha combatido a la Mafia, a las Brigadas Rojas y al terrorismo internacional desde distintos puestos de la justicia italiana. Ahora es fiscal adjunto y coordina el grupo antiterrorista de la Fiscalía de Milán, el que ha dirigido las operaciones más importantes en Italia contra el terrorismo de Al Qaeda y sus grupos asociados. Su departamento es el responsable de la detención en Milán, el pasado mes de junio, de Rabei Osman el Sayed, Mohamed el Egipcio, de 33 años, considerado el presunto cerebro de los atentados del 11-M. Spataro recibe a EL PAÍS en su despacho del Palacio de Justicia de Milán, un enorme y viejo edificio por el que han desfilado numerosos islamistas radicales capturados en esa ciudad, el vivero de Al Qaeda en Italia.
"Mencionó un arma biológica y hablaron de usar gas, pero no sabemos contra quién"
"Decir que Rabei era un ideólogo sería una definición restrictiva porque era operativo"
Pregunta. ¿Qué ocurre en Milán? ¿Por qué se detiene aquí a tantos peces gordos de Al Qaeda y sus grupos satélites?
Respuesta. Muchos militantes islamistas han tenido experiencia militar en Bosnia y la situación geográfica de esta ciudad sirve como punto de partida y llegada de otros países de Europa. Ya en 1995 hicimos una gran redada contra el terrorismo islamista en la que se detuvo y juzgó a 60 personas.
P. ¿Sabían algo de El Egipcio antes de que les avisara la policía española?
R. Tras el 11-M las autoridades españolas nos comunicaron el número de teléfono que usaba Rabei. Lo identificamos, descubrimos la casa en la que vivía y colocamos micrófonos espía en su habitación. Pronto descubrimos que cuando hablaba con otras personas se refería a actividades terroristas. El doctor Romanelli [fiscal del caso] y la policía comunicaron en tiempo real a sus colegas españoles todos los elementos importantes de aquellas conversaciones. Eran tan interesantes que pidieron su captura y extradición a Madrid.
P. ¿Se informó en tiempo real?
R. Sí. Esta operación ha demostrado la posibilidad de una cooperación directa e inmediata. Espero que sea un modelo para seguir en el futuro contra el terrorismo islamista. Cuando combatíamos a las Brigadas Rojas los magistrados de Roma, Milán, Turín o Génova lo hacíamos igual. Ahora ha sido interesante aplicarlo a escala internacional.
P. La detención se produjo pocas semanas después de su localización.
R. Visto el contenido de las conversaciones vimos que era un tipo de relieve, de alto nivel, y aunque habría sido útil seguirlo y escucharle más tiempo preferimos no correr riesgos y arrestarle inmediatamente. Era evidente que hablaba de atentados y de material dispuesto para algunas personas. Era peligroso.
P. ¿Qué vínculos han descubierto entre Rabei Osman y Al Qaeda?
R. No existe una estructura jerárquicamente organizada y vertical de Al Qaeda. Pudo haberla en Afganistán, pero la organización ha quedado rota. Ahora bien, existe un programa de Al Qaeda, un programa de ataque a intereses occidentales. Rabei representaba el programa de Al Qaeda a la perfección, pero en nuestra investigación italiana no tenemos elementos directos entre Rabei y Bin Laden. Ahora es muy difícil afirmar que una persona es miembro de Al Qaeda porque esta organización, como estructura rígida y formada, no existe. Son muchos grupos distintos los que se han sumado a sus ideas. Pero esto no es relevante ni significativo. Lo importante es que Rabei representaba ese programa.
P. Se han descubierto lazos entre Rabei y el imán saudí Salman al Aouda, un hombre próximo a Bin Laden al que consultó si estaba preparado para el suicidio. El Egipcio se atribuyó en sus conversaciones la organización del 11-M, pero además estuvo en Alemania, España, Francia e Italia. Algunos policías italianos lo consideran el ideólogo de Al Qaeda en Europa.
R. La definición de ideólogo no existe en el sistema judicial. Es una apreciación para historiadores o periodistas. Nuestra sensación es que Rabei es un personaje muy importante porque tenía una serie de contactos en toda Europa. Además, decir ideólogo sería una definición restrictiva porque los ideólogos no participan en acciones, mientras que él hablaba de cuestiones operativas y de hacer funcionar teléfonos como instrumentos para activar bombas, igual que ocurrió en Madrid. Si la pregunta es si lo consideramos importante la respuesta es sí, muy importante.
P. ¿Han podido determinar si estuvo en Madrid antes o pocos días después del 11-M?
R. Seguimos investigándolo, no hemos terminado todavía, pero no le puedo responder por respeto a mis colegas españoles.
P. El detenido hablaba de atentados, de explosivos, hasta de una enigmática arma biológica.
R. Es cierto. Hablaba de atentados y de organizarlos, pero no sabemos dónde, con qué clase de explosivos, ni cuál era el objetivo. Mencionó un arma biológica, pero ignoramos cómo era. La otra persona arrestada habló de la posibilidad de utilizar gas, pero sólo tenemos las conversaciones. Rabei hablaba por teléfono y decía que se iba a marchar de Milán. Existía el riesgo de perderlo y lo hemos arrestado.
P. ¿Ese presumible atentado iba a ser en Italia?
R. No lo sabemos seguro, pero creemos que no, porque tenía intención de dejar el país.
P. Los islamistas radicales no suelen colaborar con la policía.
R. Rabei no ha colaborado ni con la policía ni con la magistratura. Se declara inocente y niega haber dicho lo que dijo. Asegura que no es él quien habla en esas cintas. El otro detenido ha contestado a las preguntas, pero niega haber aceptado la invitación que le hizo Rabei para que se convirtiera en suicida. Dice que sólo le escuchaba, pero que no asentía.
P. Rabei no trabajaba regularmente. ¿Han descubierto quién le financiaba?
R. Convivía con otras dos personas que sí trabajaban y que eran ajenas a sus actividades. Hacía algún trabajo esporádico de pintor. No hemos encontrado grandes operaciones de financiación. Frecuentaba la mezquita principal de Milán y el imán lo recuerda como un fiel más.
P. En la mezquita de la calle de Jenner se movía el tunecino Ben Khemais, un hombre muy relacionado con islamistas radicales españoles que fue detenido y condenado en Italia cuando prepara un atentado. ¿El Egipcio frecuentaba también esa mezquita?
R. Sí. Algunas de las personas que han frecuentado ese centro han sido detenidas y condenadas por terrorismo.
P. ¿Hay un triángulo del salafismo entre Madrid, Milán y Hamburgo?
R. Yo diría, entre Madrid y Milán. También con Francia.
P. Se están investigando presuntos contactos entre Rabei y la célula de Hamburgo que protagonizó el 11-S.
R. Es cierto que vivió durante un cierto periodo en Alemania, pero no podemos decir que tuvo contactos con Atta o con otros miembros del 11-S. Pero lo estamos investigando. Rastreamos sus contactos pasados, presentes y futuros.
P. Un informe de la policía italiana redactado tras el 11-S aseguraba que España es el "anillo final" de los grupos salafistas.
R. Soy muy prudente para hacer afirmaciones de este tipo, pero es evidente por el drama que ha sufrido que España estaba en el centro de la estrategia y planes de los terroristas islamistas. No creo que nadie dude ahora de que España era un objetivo.
P. ¿Cuál es el grado de penetración de Al Qaeda en Europa?
R. La penetración de Al Qaeda en Europa es muy alta. Muy alta porque Europa es un territorio libre, sin fronteras y permite a estas personas asentarse, viajar y organizarse. Y es muy difícil impedirlo porque el problema de la inmigración es mundial. No se puede resolver.
P. El ministro del Interior italiano aseguró que hay 15.000 islamistas radicales en Italia.
R. No comento afirmaciones de políticos.
P. ¿Cuándo se entregará a Rabei a la justicia española?
R. No lo sabemos, porque Rabei ha presentado un recurso a su extradición, pero cuando se pronuncie el Tribunal Supremo, el ministro de Justicia firmará de inmediato su entrega a España. Luego se verá si la extradición es temporal o definitiva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.