La Fura se propone "hacer sudar al público" con el espectáculo-acción 'Obit'
La nueva creación de la compañía catalana se estrena en Girona el próximo día 21
Acción colectiva. Juego. Viaje. Laberinto. Experiencia. Todos estos conceptos encajan con la filosofía del nuevo espectáculo de la compañía catalana La Fura dels Baus, Obit, que se estrena el 21 de octubre en Girona en el marco del Festival Temporada Alta. En el 25º aniversario de su creación, el grupo habla sobre la muerte en un montaje de genuino lenguaje furero que, más que ningún otro de cuantos ha presentado hasta ahora, demanda la participación del espectador. "Es un espectáculo para hacer sudar al público", expone su director, Pera Tantinyà.
"La gente prefiere sentir las cosas por sí misma a que le expliquen cuentos", dice el director. "Todo está inventado, no se trata de ofrecer una propuesta rompedora, pero con este espectáculo intentamos ir un poco más allá en nuestra trayectoria para que todo el mundo sienta que lo que ocurre le ocurre a él", resume. Si algo subleva al director, uno de los fundadores de la compañía, es que se diga de un espectáculo que es bonito. Contra eso ha luchado en esta ocasión: "No creo que nadie diga de Obit que es bonito". Contra eso y, lo confiesa, contra un cierto estigma que, en forma de cariñoso apodo, le ha acompañado desde siempre. "A mi abuelo le llamaban Pere el que no suda. Yo heredé el mote, y con este espectáculo pretendo limpiarlo".
Obit está pensado para espacios cerrados, con un aforo aproximado de 600 personas. Un centenar de ellas harán una aportación esencial a la función del día: se les convocará dos horas antes del inicio del espectáculo, y en esa cuenta atrás recibirán lo que Tantinyà llama ""un curso acelerado" de las bases del lenguaje furero. Con su colaboración ayudarán a los siete actores del montaje a preparar la pieza. Pero la participación se extiende a todos los presentes, aunque quien no desee implicarse tendrá la opción de limitarse a mirar. Por si la trayectoria de La Fura no fuera suficiente tarjeta de presentación, el director recuerda que "nosotros preferimos que el espectador participe. Buscamos el contacto con el público y nos gusta el abrazo sudoroso".
En el espectáculo, la muerte no se contempla desde una perspectiva esotérica, y mucho menos mística, sino como una realidad incuestionable cuya certeza debe ayudar a disfrutar de la vida. De una hora de duración, el montaje está dividido en cuatro partes. En la primera se propone un juego de fuerza en el que el público debe empujar la pared. "Es un juego bastante estúpido, pero que despierta la animalidad de la gente", señala el director. A continuación se invita a los asistentes a introducirse en un laberinto, una experiencia que debe servirles a "mirar más allá", y ampliar sus horizontes. El viaje, "que acaba en la muerte", y el renacimiento, "porque todas las cosas son cíclicas", son las otras fases del desarrollo del espectáculo. Cada una de ellas recrea un ambiente, con su propio espacio sonoro, bien con música electrónica (del pinchadiscos Amsia), bien con percusión (obra de Aleix Tobias). La escenografía se reduce a unos pocos elementos, reforzados por una continua proyección de imágenes y por la inscripción in situ de una batería de frases, un tropel de lemas que alimentan conceptualmente el espectáculo, del estilo de las siguientes: "Obit no es un espectáculo estético. Es práctico, una experiencia"; "Obit es una acción colectiva"; "Obit es un juego para jugar", "Ganes lo que ganes, tengas lo que tengas, la muerte te pillará en pelotas", y, sobre todo, "¿Hay vida antes de la muerte?".
Después de su presentación en Girona (en la sala de conciertos La Mirona de Salt, hasta el 23 de octubre), recalará en Moià el día 30 de este mes y luego hará temporada en Barcelona. En esta ciudad se verá del 23 de noviembre al 19 de diciembre en el Naumon, el barco-escenario con el que la compañía pretende dar la vuelta al mundo, de puerto en puerto, y que para la ocasión estará amarrado en el muelle del Maremagnum.
En Barcelona, las representaciones tendrán un cierto carácter solidario, en consonancia con la fugacidad de la vida que se plantea en Obit. La Fura ha contactado con entidades vinculadas a la donación de órganos, que tendrán un expositor junto a la nave; también habrá un autobús preparado para la donación de sangre.
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