Nuestro compromiso con las mujeres agricultoras
De conformidad con el Estatuto de Autonomía de Andalucía, nuestra Comunidad Autónoma debe promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que impidan y dificulten su plenitud y facilitando la participación de todos los andaluces y andaluzas en la vida política, económica, cultural y social.
La progresiva incorporación de las mujeres a la vida económica y social como protagonista de pleno derecho es uno de los cambios más trascendentes vividos en nuestro país en los últimos años. Este proceso se manifiesta también en el medio rural, si bien en un entorno social menos abierto en el que la estructura familiar tradicional mantiene su vigencia y con menores oportunidades para la incorporación de la mujer a una actividad profesional independiente.
En definitiva, nos encontramos ante un sector de la población, las mujeres, y un hábitat, el rural, donde las oportunidades de empleo y las tendencias de cambio cultural y social muestran mayor resistencia. La situación de las mujeres rurales se encuentra, por tanto, doblemente determinada: en tanto habitantes del medio rural y en tanto mujeres.
En este contexto general, la Consejería de Agricultura y Pesca contribuye desde hace años a corregir los desequilibrios sociales y territoriales en el medio rural andaluz y a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes. En definitiva, trabaja implementando un modelo de desarrollo basado en la implicación activa de la población rural en su diseño y ejecución, que tiene como finalidad el crecimiento económico sostenido, el desarrollo social, la protección del medio ambiente y la justicia social. La participación activa de mujeres y hombres, de forma conjunta, en este modelo se hace imprescindible para alcanzar dicho objetivo.
Las primeras actuaciones que se emprendieron tenían un claro carácter de acciones de discriminación positiva hacia las mujeres, intensificando su participación en el desarrollo socioeconómico. En la actualidad, se reconoce que, a pesar de seguir siendo necesarias iniciativas de estas características, debe ampliarse el enfoque para abarcar, desde la diversidad, las funciones, responsabilidades, necesidades y acceso a los recursos y a los procesos de toma de decisiones, tanto de mujeres como de hombres.
En este sentido, el marco más idóneo es la incorporación de la dimensión de género basada en un concepto de desarrollo humano centrado en las personas (hombres y mujeres), el reconocimiento de las necesidades diferenciadas de mujeres y hombres, la posición de desventaja de éstas en relación con los hombres (en términos de bienestar y de acceso y control sobre los factores de producción, por ejemplo). Ello implica, claramente, trabajar de forma decidida hacia la igualdad de oportunidades y de resultados, así como hacia un empoderamiento de las mujeres, entendido como el acercamiento de éstas a la toma de decisiones.
En consecuencia con lo anterior, reconocer el papel que realmente juegan las mujeres que viven y trabajan en el medio rural andaluz y hacer visible su aportación a la vida social y económica constituyen hoy en día las premisas que configuran nuestro programa de trabajo. En este sentido, los objetivos a perseguir a corto plazo son contar con mayor información sobre las mujeres rurales como punto de partida para conocer sus diferentes situaciones y necesidades, descargar a las mujeres del trabajo denominado "reproductivo" mejorando los equipamientos y servicios públicos rurales, promover la integración sociolaboral y las iniciativas de autoempleo de las mujeres mediante el diseño de una formación específica que contribuya a ello, y fomentar el asociacionismo, como herramienta de información, encuentro y dinamización social.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) las agricultoras aportan el 50% del sustento mundial y hasta el 80% en los países en vías de desarrollo. Además, están en primera línea de la seguridad alimentaria, de la conservación de la diversidad de los cultivos, la ganadería y la riqueza del medio ambiente, así como de la aplicación de buenas prácticas en sus tareas diarias. En una palabra, a ellas les está reservado un papel fundamental en el conocimiento y conservación de la biodiversidad.
Queremos aprovechar la celebración del Día Mundial de la Mujer Rural para reafirmar nuestro compromiso con todas las mujeres andaluzas, en especial con las que viven y trabajan en el medio rural y, más concretamente, con las agricultoras. Desde estas líneas, nuestro agradecimiento a todas.
Isaías Pérez Saldaña es consejero de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía.
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