Francia y Alemania se oponen a que EE UU y la OTAN unan sus misiones en Afganistán
La Alianza estudiará si asume el mando único de todas las fuerzas en el país asiático
Los ministros de Defensa de la OTAN encomendaron ayer a los mandos militares un estudio para incrementar la cooperación entre las fuerzas de la Alianza en Afganistán y las que, bajo dirección de EE UU, participan en la operación bélica Libertad Duradera. El plan no descartará la unificación de ambas bajo un mando conjunto de la OTAN, algo a lo que se oponen Francia y Alemania. En la reunión de ministros de Defensa celebrada en Poiana Brasov (Rumania) se pidió también un compromiso para extender la operación aliada al oeste del país.
La mayor implicación de la Alianza en Afganistán es una creciente demanda de Washington, cuyo embajador ante la OTAN, Nicholas Burns, insiste en que "EE UU está haciendo un tremendo esfuerzo" allí y "los aliados tienen que hacer más". El deseo estadounidense es descargar responsabilidades sobre la Alianza para centrarse en la lucha contra Al Qaeda.
"Se ha pedido a las autoridades militares que proporcionen a los ministros las opciones para dar una mayor coherencia a la unidad de objetivos", explicó ayer el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer. Se trata ahora de que en la próxima reunión informal, a celebrar en febrero en Niza, los ministros tengan sobre la mesa alternativas claras sobre las que pronunciarse, incluida "la posibilidad de unificar el mando".
En una discusión franca, distintos países manifestaron diferentes posiciones, con Alemania y Francia en la vanguardia de los reticentes. "Puede interesar una sinergia, pero una fusión no responde a una lógica operacional", dijo la francesa Michèle Alliot-Marie. "Hoy por hoy, no creo en un mando único". Su colega alemán, Peter Struck, coincidió: "Estamos contra la unión de los dos mandatos".
España prefiere la cautela
España prefiere esperar a que se haga el estudio de las alternativas, aunque contemplará las peticiones de mayor participación que se le planteen. "Hay que ver cómo se pueden establecer sinergias", comentó el almirante general Francisco Torrente, que acudió a la cita en representación del ministro José Bono en su calidad de secretario general de Política de Defensa. "España no se opone al estudio. En Niza se presentarán las opciones y ya se verá".
La misión que dirige la OTAN en Afganistán (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad; ISAF, en sus siglas en inglés), reforzada para el proceso electoral, cuenta hoy con 9.000 efectivos sobre el terreno más otro millar en reserva, y opera en el norte del país. El resto de Afganistán está bajo la tutela de EE UU, que contribuye con la mayor parte de los alrededor de 18.000 efectivos de la Operación Libertad Duradera. Son dos misiones avaladas por la ONU con objetivos muy distintos: ISAF es una fuerza de estabilización, con un enfoque esencialmente de paz, para extender la influencia del Gobierno de Kabul por el país, mientras que Libertad Duradera es una operación de combate antiterrorista. A la espera de un nuevo debate en febrero, los ministros estuvieron de acuerdo en que hay que extender ISAF al oeste de Afganistán, un plan que va con retraso. Los reunidos se comprometieron a asumir responsabilidades en esa región fronteriza con Irán. Italia y Alemania se significaron como los más dispuestos a dirigir sendos centros de reconstrucción en Herat, la capital de la zona. España, de nuevo, optó por la cautela. "Estudiaremos las peticiones, pero sin ningún compromiso", dijo el almirante Torrente.
Según lo anunciado, España repatriará los 500 efectivos del batallón paracaidista estacionado en la norteña Mazar-i-Sharif una vez culmine el proceso electoral afgano. De Hoop Scheffer expresó su deseo de que España siga apoyando la normalización del país, pero reconoció desconocer cómo se mantendrá tal apoyo. De momento, una treintena de soldados españoles de los 500 destinados en Kabul serán movilizados para nuevas tareas en el aeropuerto.
Los ministros celebraron la operatividad inicial lograda por la Fuerza de Reacción de la OTAN, que ya cuenta con 17.000 efectivos, de los 24.000 que la integrarán dentro de dos años, y pasaron sin problemas sobre la decisión adoptada la semana pasada de enviar instructores a Bagdad para preparar a los futuros mandos del Ejército iraquí.
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