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La Sindicatura de Cuentas contrata auditores para reforzar el control de la Administración

La Sindicatura de Cuentas, el órgano fiscalizador de los presupuestos públicos en Cataluña, incrementará su capacidad de control de la Administración tras la incorporación de una docena de auditores y el aumento de su presupuesto en el 36% para el ejercicio de 2004. La institución, que la pasada legislatura estuvo sumida en una profunda crisis por el enfrentamiento interno entre los síndicos, espera con estas incorporaciones dejar atrás las épocas en que los informes solicitados por el Parlament se entregaban con años de retraso.

El caso más emblemático fue el del informe sobre el uso de los fondos de formación ocupacional repartidos por Trabajo cuando estaba dirigido por Unió Democràtica (UDC). El entonces síndico mayor, Marià Nicolàs, entregó el informe al Parlament en 2002, cuatro años después del encargo, y la Cámara lo devolvió a la sindicatura por considerar que no tenía los mínimos exigibles de calidad.

La izquierda acusó reiteradamente a Convergència i Unió (CiU) de mantener la sindicatura deliberadamente al ralentí para evitar el control de la insititución en asuntos que podrían ser delicados. Nicolàs se negaba incluso a convocar oposiciones para ampliar plazas, pese a que el pleno de la entidad lo exigía y la sindicatura acababa cada ejercicio con superávit.

Los nuevos miembros de la sindicatura, ampliamente renovada tras las elecciones de 2003, han empezado a rectificar el rumbo. El síndico mayor, Joan Colom, fue elegido por unanimidad y ha decidido reforzar la capacidad de control de la sindicatura reforzando el número de auditores. El presupuesto de 2004 autorizó un aumento importante del gasto al pasar de 4,7 a 6,4 millones de euros. Este incremento, del 36%, ha permitido la incorporación de una docena de auditores, según explican fuentes oficiales de la institución. Ahora todos los departamentos contarán con un mínimo de dos auditores propios y un ayudante de auditor, añaden las mismas fuentes.

Más atribuciones

El Gobierno catalán prepara también una reforma de la ley de la sindicatura para incrementar su capacidad de control. Así, tendrá un papel en el control de los presupuestos de los partidos políticos catalanes, sin perjuicio de la fiscalización anual que hasta ahora realiza el Tribunal de Cuentas.

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En el año 2000 los partidos catalanes acordaron aumentarse unilateralmente las subvenciones públicas -una práctica que, pese a la reprobación del Tribunal de Cuentas, se repite año tras año- y hacer en contrapartida más transparentes sus contabilidades. En aquel pacto se reservó un papel de control a la sindicatura, pero la crisis en el organismo le impidió asumir sus nuevas atribuciones. Pese a ello, los partidos catalanes se han repartido desde entonces un total de 21 millones de euros de más.

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