Medio Ambiente ultima la creación de un impuesto ecológico
El Departamento quiere gravar el vertido de residuos de las empresas
El Departamento de Medio Ambiente está ultimando la creación de un impuesto ecológico destinado a gravar a las empresas que depositen residuos en los vertederos debido al perjuicio que su actividad origina al entorno medioambiental. La consejería presentará en breve las características de este impuesto sobre vertidos industriales en el Órgano de Coordinación Tributaria, que reúne al Departamento de Hacienda del Ejecutivo y a las tres diputaciones. El objetivo de Medio Ambiente es que el impuesto sea una realidad antes de que finalice la legislatura.
La introducción de este nuevo canon ambiental se enmarca en el proceso de incorporar gradualmente en Euskadi la conocida como fiscalidad verde. La filosofía del departamento que dirige Sabin Intxaurraga es la de añadir ciertos impuestos especiales con el fin de dedicar su recaudación a la mejora medioambiental y para promover un mejor comportamiento de las empresas en materia de contaminación. Otra de las premisas es que este tipo de tributos ecológicos no dañen la competitividad de las empresas. Esta doctrina está en consonancia con las recomendaciones que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha realizado a España, apostando por el uso de ecotasas y otros impuestos para la protección del entorno.
El canon sobre vertido de residuos industriales no peligrosos tendrá un efecto disuasorio, explica el viceconsejero de Medio Ambiente, Iñaki Escurra. "Es la última parada en el camino. La cadena es reutilizar los residuos, reciclarlos o convertirlos en materia prima. Al final del camino está depositarlos en el vertedero. El canon pretende que las empresas se conciencien de que no resulta interesante producir residuos". En la actualidad, existen tasas municipales que gravan los vertidos, pero este pago sólo incluye aspectos como el coste de amortización de las instalaciones, el salario de los trabajadores del vertedero y el tratamiento de los desechos. El canon gravará, además, cuestiones como la posible degradación del terreno por culpa de los residuos y la generación de las emisiones de determinados gases contaminantes.
Este impuesto se sumaría al recientemente aprobado canon del agua, otro tributo de carácter medioambiental que supondrá un aumento lineal en el precio del metro cúbico para todos los ciudadanos vascos. Esta tasa, que figura en el proyecto de ley de Aguas aprobado por el Gobierno el pasado martes, asciende a seis céntimos de euros por metro cúbico de agua consumido. Este tributo del agua servirá para financiar la construcción de infraestructuras hidráulicas y para reparar los daños causados por los vertidos contaminantes. Aunque se trata de un impuesto nuevo en España, la legislación de la UE obliga a su aplicación en el año 2007. El dinero obtenido será gestionado por la nueva Agencia Vasca del Agua (donde están representados el Gobierno y las diputaciones), que podría recaudar entre 13 y 14 millones de euros anuales.
Junto a estos dos impuestos, el Gobierno vasco y las diputaciones han puesto en marcha la pasada primavera el listado de tecnologías limpias, con lo que se cierra por ahora el círculo de la reforma fiscal verde en Euskadi. Este listado consiste en una relación de equipos medioambientales que generan una mejora del entorno en las áreas de agua, aire, residuos y ruido, y cuya adquisición por parte de las empresas conlleva un beneficio fiscal.
Deducción automática
Las empresas de Euskadi pueden conseguir una deducción en la cuota del Impuesto de Sociedades de un 30% de la inversión realizada para adquirir cualquiera de los equipos incluidos en el listado. La principal ventaja que ofrece este sistema es que esta deducción se puede aplicar de forma automática, lo que facilita su utilización con relación a las deducciones tradicionales del 15% por inversiones en la adquisición de equipos medioambientales.
El listado incluye 30 tecnologías, que se han seleccionado atendiendo a su componente de innovación y a su baja implantación en el tejido industrial. El Departamento de Medio Ambiente es el responsable de mantener vigente el listado, que es el referente en el que las diputaciones se miran a la hora de liquidar el impuesto mediante la bonificación fiscal. El viceconsejero Iñaki Escurra recurre a un ejemplo práctico para demostrar la importancia de este listado: "Para pintar, hay distintas formas de hacer el trabajo, pero alguna, por el ahorro de materia prima y la producción de menos residuos, es mejor que otras que conllevan más consumo de recursos y origina más residuos. Las empresas se están dando cuenta de que es importante figurar en el listado".
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