La participación en las elecciones fue alta incluso en las zonas de influencia talibán

La comunidad internacional dio ayer por buena la jornada electoral del sábado en Afganistán. "La petición de algunos candidatos de que se anulen los comicios no está justificada", declaró en Kabul el embajador Robert Barry, jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El principal grupo de observadores afganos también declaró que la votación se celebró en "un ambiente bastante democrático, pese a algunas irregularidades".

Aislados de la opinión pública, los rivales del máximo favorito a la victoria, el actual presidente provisional, Hamid Karzai, empezaron a retirar sus amenazas de boicotear los resultados.

Las urnas han comenzado a llegar a los centros de recuento, aunque el escrutinio está pendiente de que se resuelva la disputa. "Los informes indican que se produjeron irregularidades, entre ellas la de la tinta con la que se marcaba el dedo de quienes ya habían votado, que no era indeleble", admitió Barry.

"Al igual que en otros países, eso debe resolverse a través de una investigación exhaustiva y transparente", añadió. En cualquier caso, los expertos de la OSCE opinan que anular las elecciones "iría en contra del deseo expresado por millones de ciudadanos afganos que se inscribieron, acudieron a votar o ayudaron al proceso electoral a pesar de los riesgos personales".

Aunque todavía no hay datos de participación, los observadores apuntan a una elevada afluencia de votantes en todo el país; también en el sur, donde los talibanes habían amenazado a quienes acudieran a votar y anunciado que entorpecerían los comicios. EE UU, Alemania y Pakistán calificaron de éxito las elecciones.

El portavoz de la ONU, Manuel Almeida da Silva, incluso la calificó de "masiva" la noche misma de la jornada electoral. En la mayoría de las provincias, la participación de mujeres fue asimismo destacada, según las mismas fuentes.

La primera evaluación de la Fundación para unas Elecciones Libres y Justas (FEFA) fue también positiva. La FEFA fue la única organización con observadores en las 34 provincias afganas y sus 2.300 voluntarios son un punto de referencia para el resto de los grupos. "Además de los problemas técnicos con la tinta, observamos poca preparación de los agentes electorales y el personal de seguridad respecto a los procedimientos de voto", explicó su presidente, Said Niaz. "Faltó coordinación entre la sede de la Comisión Electoral y sus centros regionales", añadió.

Pero más graves que esos problemas técnicos, y otros logísticos como falta de urnas y papeletas en algunos colegios, fueron las irregularidades cometidas por los propios candidatos y sus partidarios. "En algunos centros presenciamos que ciertos candidatos continuaban su campaña, e incluso que algunos agentes electorales animaban a votar por un candidato determinado", denunció Niaz. Por ello pidió a las autoridades que pongan en marcha un mecanismo que investigue las denuncias de candidatos, partidos y votantes, a la vez que animaba quienes tengan quejas a plantearlas por escrito y no limitarse a lanzar acusaciones al aire.

"Ese punto es realmente clave", explicó William Maley, profesor de la Universidad Nacional de Australia y uno de los más reputados especialistas en Afganistán. Maley, que visitó varios colegios, aseguró no haber observado violaciones intencionales de la ley electoral. "Los candidatos deben presentar pruebas de sus denuncias; hasta donde yo sé, hasta ahora no lo han hecho". Respecto al problema de la tinta, señaló que "una cosa es la posibilidad de que se vote varias veces y otra distinta que llegue a hacerse". "Es un problema poco estudiado y sobre el que es difícil establecer comparaciones, pero en este país estaría limitado a las ciudades, ya que en los pueblos todo el mundo se conoce y resultaría más difícil", opinó.

La posibilidad de que se cree un comité independiente de expertos para estudiar las irregularidades ayudó a tranquilizar los ánimos de varios candidatos. Mohamed Mohaqeq, candidato de la minoría hazara, se distanció por la mañana del lenguaje usado por el resto de los contestatarios. A lo largo del día se le sumaron sayed Abdul Hadi Dabir y Ghulam Farooq Nijradi. Los tres declararon que aceptarían una investigación independiente.

Yunus Qanuni, el principal rival del presidente Hamid Karzai, aceptó en la noche del sábado la propuesta en este sentido de un grupo de diplomáticos que trataba de evitar el desastre. Si sus oponentes se niegan a reconocer la legitimidad de la elección, la capacidad de Karzai para unir al país y enfrentarse tanto a los señores de la guerra como a la insurgencia talibán y quedaría en entredicho incluso si el escrutinio se declara legalmente válido.

Sin embargo, durante el día de ayer surgieron dificultades inesperadas. Varias de las instancias a las que se dirigió la Comisión Electoral en busca de expertos cualificados se mostraron reticentes a ofrecer su ayuda. Mientras, el tiempo apremia. En los centros de recuento ha comenzado "la reconciliación", que es el primer paso del recuento, de las urnas recibidas. Se trata de comprobar los materiales entregados con los recibidos y asegurarse de que no hay discrepancias.