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Reportaje:

Jazztel huele a pizza

La entrada de Fernández Pujals en la firma de telefonía ha disparado la acción un 56%, aunque promete crecimientos mayores para el negocio

Leopoldo Fernández Pujals vuelve a la escena del mundo empresarial tras adquirir el 24,9% del capital de la empresa de telefonía Jazztel. Toma una compañía al borde de la quiebra a la que aplicará su existosa experiencia como fundador de Telepizza. La publicidad será clave.

Ha empleado 61 millones de euros de los 360 millones que ganó con la venta de Telepizza en 1999 para acometer otra aventura empresarial. Entre tanto, Leopoldo Fenández Pujals, empresario estadounidense de origen cubano, se ha distraído con otra de sus pasiones: la cría de caballos.

La revalorización del 56% ha convertido en poco más de 10 días la inversión de Fernández Pujals de 61 millones de euros a 93 millones
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No se trata de un empresario muy ortodoxo, como lo evidencia el ímpetu con el que el pasado 25 de septiembre presentó ante los medios de comunicación la operación de compra del 24,9% del capital de Jazztel: A la compañía le hace falta "algo que yo le puedo aportar: alguien que la dirija y tenga experiencia en crecer mucho en poco tiempo"; "Las acciones de la operadora son ahora una ganga, ya que las cifras corporativas de Jazztel en [los próximos] doce meses me asustarán hasta a mí"; "Jazztel es un diamante al que le habían echado paja encima para que no brillara" y poder comprarla barata cuando quebrara... ¡Pues se les ha pasado el arroz!"; "Jazztel me ha caído del cielo", porque "ella tiene todo lo que yo no tengo -un buen negocio que rentabilizar- y yo tengo todo lo que a ella le falta -dinero y capacidad de impulso-".

Atrevidas declaraciones del futuro presidente de Jazztel que, sin embargo, cuentan con precedentes favorables. Uno de ellos es el éxito de Telepizza en la pasada década. De una tienda en el madrileño barrio de El Pilar, creada en 1988, a una existosa salida a Bolsa en el eufórico mercado de 1996, con vertiginosos crecimientos anuales de su negocio. Una evolución merecedora de estudio en las escuelas de negocios que tuvo su fin cuando en 1999 vendió la sociedad por la que consiguió 360 millones de euros.

Desde entonces, las acciones de Telepizza en Bolsa no levantaron cabeza y su negocio pasó por dificultades. Precisamente, es la marcha de Fernández Pujals la que ahora inquieta también a los expertos consultados, que le ven como un especialista en hacer crecer los negocios, aunque poco constante cuando éstos comienzan a estar maduros. "Tal vez, ya no se divierte tanto", explica un analista.

Los paralelismos entre Jazztel y Telepizza son obligados e, incluso, buscados por Fernández Pujals. Si el lema de la empresa de comida rápida fue "El secreto está en la masa", ahora propone "El secreto está en la red" para destacar el activo más importante de Jazztel, como son los 6.000 kilómetros de fibra óptica que viajan por el subsuelo de la geografía española y que han supuesto un coste desde la creación de la compañía en 1997 de 600 millones de euros.

La entrada de Fernández Pujals en Jazztel ya ha supuesto un éxito bursátil. Adquirió las acciones a un valor de 0,256 euros -recordar que esta compañía se estrenó en la Bolsa española en diciembre de 2000 a 14 euros por acción- y el pasado viernes cotizaban a 40 céntimos de euros. Una revalorización del 56% que ha convertido en poco más de 10 días su inversión de 61 millones de euros en 93 millones.

Pero, a tenor de sus palabras y de la experiencia de Telepizza, el negocio debe crecer a ritmos aún mayores a los de la acción. Con la más internacional de las comidas italianas logró en sólo 10 años crecer a ritmos anuales superiores al 100% y se hizo con el 65% de la cuota de mercado de pizzas, poniendo en dificultades a multinacionales de larga tradición en la comercialización de estos productos.

Menos pérdidas

Sin embargo, las actuales cifras de Jazztel desvelan otra realidad bien distinta. El grupo de telecomunicaciones registró en el segundo trimestre de este año una pérdida neta de 17,9 millones de euros. Eso sí, con una reducción del 18,9% respecto al mismo período del año anterior. Sus gestores consideraban al presentar estas cuentas el pasado julio que la entrada en beneficio neto debería esperar hasta 2006.

Los planes del nuevo presidente, ex combatiente en la guerra de Vietnam, son todavía una incógnita, ya que presentará su plan de negocio a finales de este mes de octubre. Lo único que está claro es que de esos 61 millones de euros que Fernández Pujals ha inyectado en la compañía, prácticamente la mitad deberán ir a publicidad, sobre todo televisiva. También se sabe que la nueva andadura de Jazztel será solitaria y no entra en los planes del máximo responsable de la compañía llevar a cabo fusiones con otras operadoras de telefonía, lo que hace sólo unas semanas se veía como la única solución de futuro. Eso sí, los analistas ven difícil que Jazztel pueda hacerse un hueco importante en un mercado muy competitivo y que, además, cuenta con rivales colosales.

Los expertos ven positiva esta entrada de capital. Los 61 millones de euros son una cifra importante para una compañía como Jazztel con un valor bursátil en torno a los 240 millones de euros. Además del prestigio del antiguo presidente de Telepizza se presume un buen estudio de la compañía y de la situación del mercado en el que opera antes de realizar esta inversión.

Por último, el nuevo socio de Jazztel cuenta con más recursos por si hiciera falta emprender nuevas inversiones, aunque en este tema todo queda a la voluntad del nuevo mandatario. Eso sí, siempre es positivo que haya un socio con capacidad financiera.

Un valor de sangre muy caliente

Jazztel ha sido uno de los más claros ejemplos del mercado español en de la burbuja financiera que se vivió entre 2000 y 2002. La compañía llegó a tener un valor en el mercado de 21 euros por título, en plena efervescencia de este tipo de negocios, que luego no se justificó con los resultados ni con la raquítica evolución del negocio. De esos vaivenes, de esa experiencia de valor extremadamente caliente, Jazztel tardará muchos años en recuperarse. Es una empresa proclive a la especulación más rabiosa y buena muestra de ello es que las oscilaciones son siempre muy bruscas. Cualquier rumor hace mella al alza o a la baja en un valor que lleva más de un año en la cuerda floja de su supervivencia. Por tanto, cualquier ahorrador que se acerque a Jazztel debe tener en cuenta esta tortuosa evolución y los riesgos que asume.

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