Israelíes y palestinos coinciden en que la paz "paso a paso" no sirve
Un ministro de Israel critica en Formentor la actitud de Zapatero hacia los terroristas
Dirigentes israelíes y palestinos hablaron ayer de paz en el VI Foro de Formentor, pese al drama de los atentados de Taba, y coincidieron al menos en una cosa: el método de avanzar paso a paso hacia la paz, a través de la construcción de medidas de confianza, adoptado hace 11 años en la conferencia de Madrid, ha fracasado y debe ser considerado inútil. Tanto el ministro israelí de Agricultura, Meir Sheetrit, como el palestino Mohamed Rachid, asesor económico del presidente Yasir Arafat, afirmaron que hay que ir al revés: redactar primero el acuerdo final y aplicarlo luego por etapas.
Otros dos exponentes de las sociedades en conflicto encuadrados en la llamada Iniciativa de Ginebra, el laborista israelí Yossi Beilin, y el comunista palestino Yasir Abed Rabbo, apoyaron también estas ideas, aunque desde la convicción de que sus líderes no tienen ninguna voluntad de resolver el conflicto. El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, fue más tajante y afirmó que ya había habido demasiadas declaraciones y que era hora de actuar de verdad. Moratinos añadió que iba a defender esta postura en el consejo de ministros de Exteriores de la UE del lunes.
Nadie pretendió, sin embargo, reducir el problema a una cuestión de método, porque, más allá del acuerdo sobre el fracaso del proceso gradual, la tragedia de fondo saltó en cada intervención. Rabbo se refirió a la brutalidad que Israel despliega en estos momentos en Gaza, y Rachid completó el argumento aconsejando a los europeos que reflexionen sobre la utilidad de llamar terrorismo a unas conductas que cuentan con el apoyo de la gran mayoría de los palestinos.
Sheetrit reiteró que el fin del terrorismo es condición indispensable de la paz y, en consecuencia, defendió la construcción del llamado muro de la vergüenza, que, afirmó, ha permitido ya detener a 578 palestinos con vocación de suicidas, de los que 37 confesaron, según señaló, que se dirigían a cometer el atentado cuando fueron detenidos.
El ministro israelí criticó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando comentó: "No entiendo la actitud del primer ministro de España cuando dice que hay que entender a esa gente". En una rueda de prensa posterior, afirmó, en referencia a Irán y sus vínculos con el terrorismo, que "cuando uno se encuentra en el bosque con una bestia, no se le habla, se le mata y basta". Ya en el debate, el embajador de Israel en España, Víctor Harel, también criticó al Gobierno español por haber votado recientemente una resolución contra Israel en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Al cruce le salió Moratinos, quien le recordó a Harel que un embajador no debería criticar al Gobierno ante el que está acreditado.
Crítica contra Arafat
Sheetrit arremetió también con que Arafat es el otro gran obstáculo para la paz, porque Israel no le considera fiable ni capaz de controlar lo que ocurre en sus propios territorios. Rachid recordó que, como el primer ministro israelí, Ariel Sharon, Arafat tiene la legitimidad del líder electo, aunque "quizás no sea el mejor ni siquiera para sus propios ciudadanos", añadió Rabbo. Los dos palestinos y el israelí Beilin coincidieron en que el rechazo de Arafat no es más que un pretexto para mantener bloqueadas las negociaciones.
En este repaso de los argumentos mil veces reiterados en torno a un conflicto que parece en punto muerto, la parte palestina reclamó una intervención mayor y más fiable del Consejo de Seguridad de la ONU que ratifique los ejes de solución ya consolidados: dos Estados con las fronteras anteriores a la guerra de 1967 y un estatuto para Jerusalén que garantice los derechos de las tres religiones del Libro. España también respalda una mayor intervención internacional en el conflicto palestino-israelí y llevará esta posición ante Naciones Unidas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.