La ponencia de víctimas, a las puertas del fracaso por falta de consenso
El PP dice que "hay cosas detrás" que impiden su apoyo a un dictamen común
El pesimismo es el estado de ánimo predominante entre los integrantes de la ponencia de Víctimas del Parlamento, incluido su presidente, Iñigo Urkullu (PNV), y los representantes de los grupos presentes, todos salvo la ilegalizada Batasuna, que ven su trabajo abocado al fracaso por las dificultades de alcanzar un dictamen de consenso.
Sería la segunda vez que esta ponencia, que también existió, con otra denominacion en la anterior legislatura, fracasa en el intento de establecer una postura y una acción comunes en favor de las víctimas del terrorismo. En aquella anterior ocasión, el consenso estuvo ausente desde el principio, al negarse el PP y el PSE a asistir a sus trabajos por la presencia del ex miembro de ETA José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, en la Comisión de Derechos Humanos. Esta vez, el trabajo de la ponencia comenzó en mejores condiciones sobre el suelo común de la proposición aprobada por unanimidad en pleno en junio del año pasado, pero el tiempo y los incumplimientos de aquel acuerdo parecen haber truncado las expectativas.Los grupos parlamentarios pusieron ayer por fin sobre la mesa sus propuestas para la elaboración del dictamen que debe emitir la ponencia de víctimas del terrorismo y se dieron tres semanas para examinarlas antes de intercambiar pareceres. Al ver las del PP, que por otra parte ya se conocían, el PNV y EA dijeron que, si este partido no cambia su posicion, será imposible reeditar el consenso que se alcanzó el año pasado con la proposición no de ley aprobada por unanimidad en la Cámara.
El PP incluye entre sus propuestas la suscripción del Pacto Antiterrorista y la disolución del grupo parlamentario de la ilegalizada Batasuna. Tanto PNV y EA como PSE llamaron ayer al PP a flexibilizar posturas, pero su portavoz, Santiago Abascal, precisó que el planteamiento es no es de máximos para negociar, sino "de mínimos". Abascal aseguró que el PP "no boicoterará" el acuerdo que los otros grupos puedan alcanzar, e incluso que podría compartir su contenido "en la letra". Pero ni siquiera ello incorporaría a su grupo al acuerdo. "Hay muchas cosas detrás que imposibilitan que demos nuestro apoyo", dijo.
No será el PP el único problema de los grupos del Gobierno para lograr el consenso, ya que también el portavoz socialista, Rodolfo Ares, anunció que, si no hay unanimidad, su grupo no presentará sus propuestas como voto particular, lo que puede interpretarse como un anuncio de que no votará tampoco favorablemente el dictamen.
El PSE se muestra muy duro en su valoración de la gestión que el Gobierno y el propio Parlamento han hecho de los compromisos adquiridos en la proposición que todos los grupos salvo Batasuna votaron en junio de 2003 y que constituyó todo un hito sobre el panorama anterior de ruptura en relación con las víctimas del terrorismo. Los socialistas enumeran todos los compromisos que no se han puesto en práctica y, tras un listado que resulta elocuente de la falta de operatividad de aquel acuerdo, concluyen que, "transcurridos quince meses (...) las expectativas que generó han quedado en buena medida defraudadas,dado su incumplimiento en aspectos sustanciales y conculcaciones muy graves". Entres las conculcaciones, cita la negativa de PNV y EA a conceder a Joseba Pagazaurtundua la medalla de Andoain,la denegación de subvenciones a colectivos de víctimas, la cobertura informativa de EITB a Batasuna y al entramado asociativo cercano, y su "adoctrinamiento" en la idea de que terroristas y víctimas constituyen "las dos partes" del "conflicto vasco".
El PSE resalta que el Gobierno no ha llevado al Parlamento en quince meses el Plan interdepartamental que debió entregar en el último trimestre de 2003, ni Educación ha entregado el suyo para la UPV. El Parlamento no ha celebrado el pleno anual comprometido, ni ha creado la subcomisión permanente pactada ni ha instalado el monolito a las víctimas en su entrada. Las propuestas socialistas empiezan por exigir que todos esos compomisos anteriores se cumplan antes de acabar el año e incorporan otras como la exigencia al Gobierno de un proyecto de Ley de Solidaridad con las víctimas, la introducción de una asignatura de Educación Cívica o la creación de un libro de estilo para EITB y de espacios específicos que aborden en profundidad el fenómeno de la violencia terrorista.
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