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Movilización ecologista en Francia por la descarga de 140 kilos de plutonio militar

Decenas de ecologistas ligados a Greenpeace y a la organización Sortir du Nucleaire intentaba ayer, en medio de una considerable indiferencia popular, dificultar el desembarco de 140 kilos de plutonio militar estadounidense en el puerto francés de Cerburgo, concretamente en el muelle de Napoleón III. El cargamento, con el que se podrían fabricar 20 bombas nucleares, viajaba desde el puerto de Charleston, en Carolina del Norte, de donde partió el 20 de septiembre, en dos barcos de pabellón británico, el Pacific Pintail y el Pacific Teal, fletados por la NNSA, la oficina americana responsable de la seguridad nuclear.

En el momento de cerrar esta edición, la hora de llegada de los dos barcos seguía siendo un secreto y los servicios de vigilancia de Greenpeace situados en el sur de Inglaterra no los habían avistado. El combustible ha de ser tratado en la vecina fábrica de La Hague antes de ser enviado, por carretera, hasta otra fábrica, próxima a Marsella, donde será transformado en óxido mixto, es decir, en carburante para centrales nucleares civiles.

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"La manipulación de material nuclear supone un drama", declaró el lunes el navegante Eugène Riguidel, después de pasar 24 horas detenido por haber entrado con su pequeño barco de vela en la zona reservada a los militares del puerto de Cherburgo. Con otras embarcaciones de militantes ecologistas, Riguidel había intentado retrasar el desembarco de los dos navíos transportando combustible nuclear usado.

En Cherburgo, una ciudad que ha perdido sus astilleros, puerto de pesca, industrias textil, metalúrgica y electrónica, el sector nuclear es la principal fuente de empleo. "Los ecologistas me parecen lamentables. Perjudican el turismo de la zona", manifestó a la agencia de noticias AFP una estudiante casada con un trabajador de la fábrica.

Orden de alejamiento

Areva, la sociedad francesa propietaria de la fábrica, y British Nuclear Fuel Limited, la empresa que ha fletado los dos barcos, citaron ayer a Greenpeace ante el tribunal de Cherburgo para conseguir que éste ordenase a los militantes ecologistas a mantenerse a como mínimo 300 metros de distancia de los dos barcos británicos y a 100 de los camiones que debieran transportar el plutonio hasta La Hague.

Esta fábrica, situada junto a la costa, es accesible por una única carretera que ayer estuvo cortada por un camión alemán, precisamente de Greenpeace, atravesado en medio de la calzada y atado a un pesado bloque metálico. La policía detuvo a 8 de los 12 militantes que se habían encadenado al vehículo, que sólo pudo ser desplazado con la ayuda de una grúa.

Para una portavoz de la fábrica de La Hague, "es incomprensible que militantes que siempre han dicho estar contra la proliferación de las armas nucleares puedan manifestarse en contra de una operación que tiene como propósito neutralizarlas".

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