Más de un 20% de la población de los principales destinos turísticos se dedica a la construcción

El sector de la construcción adquiere un gran protagonismo en los municipios turísticos. Según un estudio el 28% de los trabajadores empleados en Dénia se dedica a la construcción, en Torrevieja un 19,8%, al que hay sumar el 11% que se dedica a los negocios inmobiliarios. Una situación que puede convertirse "en un gravísimo problema" debido a la excesiva dependencia de una actividad tan concreta como ésta, según advierten los sociólgos Hugo García y Joaquín Rodes de la Universidad de Alicante que defienden una "reformulación urgente del modelo turístico residencial".

Benidorm tiene un 40% de suelo edificable libre, y Torrevieja y Santa Pola sólo un 13% y 6%

En Santa Pola, la construcción genera un volumen de empleo del 14% y en Benidorm se reduce al 9,5%, esto demuestra los diferentes modelos turísticos de cada ciudad. No obstante, en todas estas localidades turísticas el sector de los servicios sigue siendo el predominante y ocupa a la mayoría de la población residente. En Benidorm, por ejemplo, un 88,7% de la población ocupada se dedica al sector terciario. En Altea la cifra es algo inferior, pero muy significativa, al alcanzar al 70% de los trabajadores, siendo este mismo porcentaje del 73% para Torrevieja.

Dénia y Santa Pola tienen más diversificada su economía local. En la localidad de la Marina Alta, el 53% se dedica a los servicios y el 43% al sector secundario, y en la población del Baix Vinalopó el sector servicios emplea a un 58%, un 27% en el secundario y un 14% en el sector primario, debido a la importancia de la pesca. Pero el caso de Torrevieja es diferente, allí el 20% de la población trabajadora se dedica a la construcción y el 11% a las actividades inmobiliarias. Una dependencia tan elevada origina una dinámica "peligrosa" ya que un subsector como el de la construcción con un gran peso en la economía local demanda obra permante para mantenerse en activo y consumo de suelo.

Una de las virtudes del informe Análisis y comparativa de la situación de cinco municipios turísticos de la Costa Blanca, elaborado por los sociólogos Hugo García y Joaquín Rodes, y que se presentó la semana pasada en la Universidad de Alicante con motivo del congreso nacional de sociología, es que cruza diferentes variables (actividad económica, población, oferta hotelera, nivel de endeudamento municipal, equipamientos sanitarios y educativos o la superficie construida) para poder dibujar una radiografía de cinco destinos turísticos: Benidorm, Torrevieja, Santa Pola, Dénia y Altea.

Una de las primeras conclusiones que llaman la atención es que Torrevieja es la localidad que tiene menos suelo disponible para poder edificar, después de haber construido más de 80.000 viviendas extrahoteleras, sólo dispone del 13,34% de suelo virgen. Santa Pola con 26.569 viviendas nuevas apendas dispone del 6,23% del suelo libre. No obstante, ambos municipios, tal y como recuerdan los autores del informe, cuentan con las mayores extensiones protegidas, debido a la existencia de enclaves de interés medioambiental que obligaron, en los Planes Generales de Ordenación Urbana de 1985 y 1986, a proteger el 64% y el 55% del suelo, respectivamente. "Sin embargo, esto no debe ser una excusa, sino que debería haber llevado a una mejor utilización de un recurso tan escaso y no renovable, y más aún cuando es un recurso básico para su economía", según los sociólgos. Dénia después de haber otorgado licencia para la construcción de 23.000 viviendas, tenía, en el año 1998, el 52% del suelo planificado, una superficie que ahora será menor. García y Rodes indican que un factor "decisivo" a la hora de consumir suelo es la tipología de viviendas, es decir, "si se construye a lo ancho o a lo alto". Benidorm, por ejemplo, dispone sólo de 23 kilómetros cuadrados de superficie útil para poder urbanizar, y pese a la construcción de 32.800 viviendas y haberse convertido en un referente turístico, todavía dispone del 40% de suelo libre para urbanizar. "El resto de municipios se han decantado por la urbanización extensiva, más consumidora de espacio", concluyen.