Canarias espera su temporada alta
Las islas han sufrido una caída del 5,8% en el número de turistas hasta agosto
Los ideogramas chinos reproducen el concepto crisis con los símbolos de peligro y oportunidad, según declaró esta semana el ex ministro Abel Matutes en la reunión entre los Gobiernos de Canarias y Baleares en Mallorca. Y "como un momento difícil que nos da la oportunidad de mejorar", ven los principales agentes de las islas Canarias la caída de un 5,8% en el número de turistas durante los primeros ocho meses del año.
"Canarias no ha hecho más que sufrir los mismos síntomas que ya habían aparecido este año en otros destinos turísticos y se recuperará más adelante", en esta próxima temporada de invierno, en palabras de la viceconsejera de Turismo del Gobierno de las islas, Pilar Parejo.
En el último año se han incorporado a un mercado de 350.000 plazas casi 40.000 camas de las 80.000 previstas para los próximos 3 años
"Octubre será mucho mejor de lo que esperábamos", reconoce Pedro Luis Cobiella, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife (Ashotel). "Las cifras demuestran que nuestro destino está muy lejos de agotarse", añade Fernando Fraile, presidente de la Federación de Empresarios de la Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas. "Los destinos de sol y playa nos estamos adaptando bien a una demanda creciente de otros servicios, como golf, tenis, spa, náutica y cultura que darán buenos resultados muy pronto".
El listado de factores que han contribuido a esta caída en la llegada de turistas extranjeros hacia Canarias parece interminable. La salud de la potente industria canaria la marca la economía alemana y británica, de donde proceden el 68% de sus clientes (2.700.000 germanos y casi cuatro millones de británicos). Entre los factores exógenos que han contribuido a las negativas cifras de 2004, las peores en los últimos diez años, Pilar Parejo apunta la reunificación alemana, los despidos masivos, el aislamiento monetario británico, el incremento del precio del petróleo, la guerra de Irak, el 11-S, la subida de los seguros aéreos, una mayor comercialización directa por parte de clientes que prescinden de las reservas anticipadas y del mercadeo de los touroperadores y la agresiva política de precios bajos planteada por Turquía, Grecia, Egipto y Caribe. "En España", según Fernando Fraile, "competimos entre nosotros mismos y, a la vez, con el Mediterráneo y el Caribe".
En el último año se han incorporado a un mercado de 350.000 plazas casi 40.000 camas nuevas de las 80.000 previstas para los próximos tres años. Los empresarios consideran que se ha producido un exceso de oferta, que no ha estado acompañada de buena situación económica en los países de origen. "Actualmente la sobreoferta es nuestra principal preocupación", advierte Pedro Luis Cobiella. "Se han construido más camas de las debidas", apunta Fraile, "por efecto de la RIC (los beneficios fiscales de la Reserva de Inversiones de Canarias), que ha permitido la construcción de miles de camas turísticas sin atender a criterios de demanda del mercado ni de rentabilidad económica, lo que nos ha arrastrado a una bajada de precios sin precedentes y rentabilidades muy ajustadas". Según añadió, por cada 100 euros ganados en el 2000, "en la presente temporada sólo se han facturado 20 o 30".
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