El surrealismo del 'comité de sabios'

Leí recientemente la noticia de que un miembro del comité de sabios que estudian el déficit de Sanidad de la Generalitat ha propuesto la instalación de máquinas expendedoras de recetas en los ambulatorios y no puedo creerme que se califique de sabio a un señor que demuestra un total desconocimiento del funcionamiento práctico de la dispensación de fármacos. Estoy segura de que todo el mundo es consciente de la importancia de la función del farmacéutico en la dispensación de fármacos de Seguridad Social, primero suavizando un trámite farragoso y molesto para el usuario, y segundo solucionando los errores en la dispensación de las recetas, porque aunque los médicos no se equivoquen más que el resto de los mortales, de vez en cuando lo hacen y algunas de sus equivocaciones pueden tener graves consecuencias. Me gustaría que esta persona del comité me explicase que máquina va a suplir esa labor.

También me gustaría que alguna vez, cuando un gobierno de este país tenga un problema importante, se ponga de una vez a trabajar en serio para solucionarlo, persiguiendo, denunciando y sancionando a los verdaderos culpables del problema, en vez de confiarlo todo a una ley o un paquete de medidas milagrosas que lo van a solucionar todo en dos patadas, perjudicando frecuentemente sólo al eslabón más débil relacionado con el problema, y que, al menos hasta hoy, nunca han solucionado nada.

Por último, recomendaría a la Generalitat que limite el surrealismo a la celebración del año Dali.