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'Mar adentro', elegida por la Academia de Cine como candidata española a los Oscar

Amenábar, que estrenará su película en diciembre en EE UU, se impone a Almodóvar y Garci

Jesús Ruiz Mantilla

Alejandro Amenábar, director de Mar adentro, tratará de universalizar aún más la historia del tetrapléjico Ramón Sampedro, a quien interpreta Javier Bardem, con una candidatura al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La academia española de cine designó ayer la película, que se estrenará en EE UU el 17 de diciembre, como candidata española. El filme se impuso a La mala educación, de Pedro Almodóvar, y a Tiovivo c. 1950, de José Luis Garci. La Academia de Hollywood decidirá las cinco candidatas extranjeras el 25 de enero.

Alejandro Amenábar está contento, tranquilo y mentalizado para una dura promoción.

Pasará nervios hasta que se anuncien las candidaturas a los premios, cuya gala se celebrará el 27 de febrero. Asegura que no le gusta competir y que ya va bien servido de reconocimientos con Mar adentro. Aparte de lo que se llevó en el último Festival de Venecia -el Premio del Jurado y la Copa Volpi al mejor actor para Bardem-, jura que no miente cuando dice que la verdadera recompensa es haber hecho la película: "Es el trabajo que más me ha llenado en los 10 años que llevo en esto del cine, el más gratificante", asegura. En su caso, 10 años es la tercera parte de su vida, puesto que con 32 cumplidos ha asombrado ya con cada una de sus películas, desde Tesis a Abre los ojos y de Los otros a su primera experiencia con el melodrama, Mar adentro.

"Es una película que me ha ayudado a clarificar mis ideas sobre la muerte", afirma el director, que plantea abiertamente con esta historia emocionante y llena de humanismo -que han visto 2.525.000 espectadores en España y ha recaudado 12,2 millones de euros- el debate sobre la eutanasia de la mano de una historia real.

Promoción

La ocasión de aspirar a un Oscar de Hollywood acercará a buena parte del mundo la verdad, la lucha y el aliento vital de Ramón Sampedro, el tetrapléjico que reclamó su derecho a morir dignamente sin que nadie le diera la razón, perdido entre sus sábanas y los vericuetos de una legislación sorda a sus demandas. Para ello, Amenábar no teme un duro trimestre de promoción. Ayer empezó en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), donde se anunció el fallo, junto al productor de la película, Fernando Bovaira, y las actrices Lola Dueñas y Mabel Rivero, soberbias en sus papeles de admiradora, amante y cómplice, la primera, y de cuñada entregada a su completo cuidado la segunda.

La película se estrena en 20 ciudades de Estados Unidos el 17 de diciembre y confía en el tirón de Javier Bardem, actor muy considerado entre el gremio de intérpretes de ese país. El lanzamiento, que se hará en 20 puntos y con pocas copias, corre a cargo de la distribuidora Fine Line, que confía en que el filme, según Bovaira, "tiene opciones".

Pero para reforzarlas, el director y los intérpretes, con Bardem a la cabeza, deben hacer un duro trabajo de promoción para el que parecen mentalizados: "Es un trabajo sin factor riesgo. Una entrevista tras otra e intentar no repetirnos con cada respuesta como papagayos", asegura el director. "Podría responderte las preguntas que van a hacernos en cada entrevista y que empezarán por cómo fue el trabajo con Bardem y cómo empezó todo".

Pero cuenta con una especial máquina de la promoción, como se define con sorna Mabel Rivero, actriz curtida en grupos de teatro gallegos y en series de la televisión autonómica, pero desconocida en el resto de España hasta ahora. "Como jefa de marketing no tengo precio", asegura, así que está dispuesta a lo que sea para que Mar adentro triunfe. Lo hará aunque sólo sea por llevar la voz de unos personajes reales y que conoce a fondo, como el entorno y la familia Sampedro. "Manuela, el personaje que interpreto, vive muy cerca de mí en Galicia y es una persona generosísima que todavía lucha por la causa de Ramón y eso que ella deseaba que siguiera viviendo", cuenta la actriz. "Todos ellos son muy celosos de guardar su memoria y en cierto sentido es como si continuaran cuidándolo", añade.

El director se centrará completamente en ese duro y repetitivo trabajo cuando vuelva de unas vacaciones que empiezan hoy. A su favor contarán las bazas de sus influencias norteamericanas en sentido artístico, porque ha asegurado varias veces que Mar adentro es deudora de uno de los creadores que él más admira: Steven Spielberg. Aunque Amenábar quiere dejar claro que ha hecho la película que le satisfacía a él antes que a nadie: "La hice pensando en mí, aunque con una fidelidad absoluta al espíritu de Ramón".

No le conoció en vida, pero le ha sentido muy cerca desde que empezó a concebir Mar adentro. "Me ha ayudado a desdramatizar la muerte y a verla como parte de la vida", dice. Y no puede olvidar el trabajo coral de unos actores que desde los más desconocidos, como Mabel Rivero o Celso Bugallo, a los más famosos, como Lola Dueñas, Belén Rueda o José María Pou, en su breve y brillante aparición de cura, conforman toda una orquesta de arte poderoso en la que se escuchan varios idiomas que dan una viva naturalidad a la narración. "Haber utilizado el catalán, el gallego y el castellano le da a la película una musicalidad que me gusta mucho", asegura Amenábar, que de eso sabe también lo suyo puesto que compone también las bandas sonoras de sus películas.

Las actrices Lola Dueñas y Mabel Rivero besan a Alejandro Amenábar, director de <i>Mar adentro</i>.
Las actrices Lola Dueñas y Mabel Rivero besan a Alejandro Amenábar, director de Mar adentro.EFE

Un día, además, "histórico"

Es un adjetivo gordo, rimbombante. Pero Alejandro Amenábar no se refiere al hecho de que se haya seleccionado su película Mar adentro para competir por una candidatura al Oscar de habla no inglesa -sin desechar tampoco otras opciones como mejor actor para Javier Bardem, que ya compitió en esa categoría con Antes que anochezca- cuando dice que ayer fue un día "histórico". La palabra la pronuncia para referirse a algo que le toca de cerca: la legalización del matrimonio entre parejas homosexuales y su derecho a la adopción que aprobó ayer el Gobierno.

Quizá por eso, Amenábar, un chico serio, discreto y de palabra justa cuando comparece en público, sonreía ayer el doble de lo normal porque él se ha mostrado activo representante del mundo gay en los últimos tiempos. "Es un día muy importante e histórico que espero que tenga un efecto dominó para otros países y otros gobiernos", añadía el artista, que con su última película también ha querido plantear un debate que levanta ampollas, el del derecho a la eutanasia.

"Yo no creo en esos que no hacen más que hablar del desorden moral, para mí son los mismos que a principios de siglo negaban el derecho de voto a las mujeres", dice, y se alegra del cambio de talante que, a su juicio, ha vivido España. Puede que eso le anime también a probar otros géneros y pasar de lo tenebroso de sus primeras películas a la comedia: "Me gustaría hacerlo algún día, pero será para probar con cosas que a mí me hacen reírme mucho, si no, no tiene sentido". Por el momento, no sabe qué vendrá después, pese a que el cambio de género que ha hecho en Mar adentro ha sido muy aplaudido. "Ahora no puedo concentrarme en un nuevo guión. Estoy muy ocupado con este lío. Para hacer algo debo parar y sentarme a mirar antes".

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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