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España estudia un papel más activo en el país, según el comandante supremo aliado

España está interesada en la posibilidad de ampliar su actividad en Afganistán, y la OTAN va a alentar ese interés, según el comandante supremo aliado, general James Jones. El objetivo inmediato de la OTAN es extender su zona de control al oeste del país, con dos centros de reconstrucción, (PRT, en sus siglas inglesas)en Herat. El general estadounidense reconoce que el interés español por asumir la responsabilidad en Herat no se ha traducido, por ahora, en compromiso firme.

La Alianza comanda desde agosto del pasado año, con el aval de Naciones Unidas, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), desplegada en el norte de Afganistán y en torno a Kabul para apoyar al Gobierno de Hamid Karzai y ayudarle a extender su influencia a todo el país. ISAF está presente en alrededor de la tercera parte del territorio, mientras que el resto de Afganistán lo tutela la coalición internacional encabezada por Estados Unidos con una misión bien distinta, la de luchar contra el terrorismo inspirado por Al Qaeda y los talibán.

El plan de normalización afgana va con el calendario retrasado. A estas fechas, la zona de control sobre el norte del país, la llamada primera fase, debería haberse extendido hacia el oeste, en una segunda fase que sigue sin hacerse realidad. A estas dos etapas seguirán otras dos mucho más complicadas en el sur y en el este del país, para las que no hay calendario previsto, dada la situación de inseguridad sobre el terreno, con incidentes diarios entre las fuerzas norteamericanas de la Operación Libertad Duradera y los restos del régimen talibán.

"Hicimos un tanteo para ver si los países estaban preparados para la segunda fase, pero estaban centrados en las elecciones presidenciales" del próximo día 9, dice el general Jones en un desayuno de trabajo con un grupo de periodistas europeos. "Lo volveremos a intentar muy pronto", una vez se celebren los comicios, cuyos resultados no se conocerán hasta finales de mes. "Estamos trabajando con varios países: Estados Unidos, España, Italia y algunos más". La segunda fase tiene por objetivo regularizar la situación en la región occidental del país, fronteriza con Irán, cuya capital es Herat. A la pregunta de si España está realmente interesada en asumir la responsabilidad en Herat, el general Jones responde: "Eso creo. Hay países que hablaron de ello en la época de la cumbre [de la OTAN] de Estambul [en junio]. El posible interés [español] no es compromiso. Vamos a animar a ello a países que no tienen PRT y tienen capacidad". Hikmet Cetin, alto representante civil de la OTAN en Afganistán, manifestaba recientemente en Kabul su esperanza de que el oeste esté bajo completo control de ISAF en el periodo que va de febrero a agosto, que será el séptimo mandato semestral de la fuerza internacional.

19 Equipos de Reconstrucción

La OTAN tiene ya cinco Equipos de Reconstrucción Provincial (PRT) en el norte del país: dos controlados por el Reino Unido, otros dos por Alemania y un quinto bajo gestión holandesa. Junto al británico de Mazar-i-Sharif se han instalado los 500 soldados de la III Bandera Paracaidista llegada de Murcia para apoyar el proceso electoral. En el resto del país, bajo tutela de la coalición internacional dirigida por EE UU hay otros 13 PRT gestionados por los soldados estadounidenses y otro bajo responsabilidad neozelandesa.

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Ahora, la prevista extensión de la OTAN hacia el oeste contempla la apertura de dos PRT en Herat, la zona de Afganistán donde mayor es la organización civil, gracias a las singulares cualidades del señor de la guerra Ismail Khan, un cacique que maneja ingentes cantidades de dinero. Khan venía invirtiendo buena parte de esos fondos en la administración de la ciudad y su área de influencia. A mediados de septiembre fue relevado de su cargo de gobernador por el Ejecutivo de Karzai, en un intento de extender la autoridad central a la taifa de Herat. El relevo ha abierto un periodo de incertidumbre en la zona, por más que Khan parezca haber aceptado graciosamente su relevo.

Los PRT tienen autonomía de organización, conforme a los designios del país responsable de cada uno de ellos, y cuentan con un número variable de efectivos, que oscilan entre unas cuantas decenas y los más de 300, según las características y necesidades de la zona. A pesar de estar gestionados por soldados, en ellos trabajan civiles y militares. En una reciente visita al de Mazar-i-Sharif, donde los soldados se mueven sin mayores prevenciones, el capitán británico Rob Brown subrayó que con las labores de patrulla, control, influencia y mediación se busca la aprobación y el apoyo de la población local, con vistas a facilitar las tareas de otros agentes de la comunidad internacional.

Brown distinguió entre la situación de paz que se vive en el norte, controlado por ISAF, y el sur, donde, según él, existe un ambiente de guerra. La relativa tranquilidad de Mazar contrasta con la que viven los alemanes que gestionan el PRT de Kunduz, al este. Cuando una patrulla se va a alejar más de veinte minutos de la base, lo hace acompañada de una ambulancia. El miércoles, un ataque con morteros contra la base de Kunduz dejó cinco heridos, uno de ellos de gravedad. "Hay gente que no quiere que haya elecciones y cosas así van a seguir pasando", dice el general Jones. "Pero no va haber insurrección de Al Qaeda y de los talibán. Estamos hablando de entre 1.000 y 1.500 hombres".

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