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Zapatero y Santana ratifican las "magníficas relaciones" entre Portugal y España

La creación del mercado ibérico de la electricidad se vuelve a aplazar a junio

El primer encuentro entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su homólogo portugués, Pedro Santana Lopes, tuvo ayer "un desarrollo extremadamente positivo", según el líder español, que concretó así los resultados de la cumbre más breve que España y Portugal hayan celebrado en las últimas dos décadas: "Hemos ratificado las magníficas relaciones que existen entre nuestros países". "El clima de la relación personal ha sido enormemente satisfactorio", añadió el presidente, al clausurar esta vigésima cumbre hispano-portuguesa.

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No se pretendía mucho más, porque ni los pocos meses que llevan constituidos los dos gobiernos han permitido una preparación a fondo ni los tiempos económicos están, sobre todo en Portugal, para grandes proyectos. No obstante, participaron en el encuentro los ministros de Exteriores, Industria, Fomento, Agricultura, Trabajo y Cultura, así como los secretarios de Estado para Asuntos Europeos.

Entre los resultados de esta reunión, celebrada con el nuevo formato deseado por Zapatero de liquidar en una sola tarde las cumbre anuales con los países amigos, se pueden contar numerosos proyectos de cooperación en materias que van desde la protección del águila imperial o del lince ibérico hasta la solidaridad frente a incendios y otras emergencias, pasando por el transporte de residuos.

En lo concreto, la cumbre produjo un solo resultado de relieve: la firma de un nuevo acuerdo para la creación del Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL), que fija en el 30 de junio de 2005 la fecha de entrada en vigor de un proyecto ya aplazado en 2003 y en 2004. El acuerdo, nuevo para España, que no había ratificado el firmado por José María Aznar y José Manuel Durão Barroso el pasado enero, aborda finalmente el requisito del desmantelamiento del monopolio de hecho que rige en Portugal sobre el sector eléctrico. En ese sentido, prevé una "hoja de ruta" a cumplir por los portugueses, una regulación del sistema de tarifas y un calendario para que las dos partes transpongan las directivas comunitarias en este campo. Portugal anunció, además, que va a liberalizar el sector del gas.

Zapatero y Santana ratificaron, además, los acuerdos firmados por España y Portugal hace un año en Figueira da Foz, por los que la línea de alta velocidad entre Lisboa y Madrid debería ser inaugurada en 2010, y la de Oporto a Vigo, en 2009. El tiempo no ha hecho más que añadir dudas a la viabilidad económica de estos plazos.

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Un nuevo sector de cooperación destacado por ambos presidentes es el de desarrollo de las ciudades fronterizas, que en el caso hispano-luso tienden a la depresión, en lugar de beneficiarse de las ventajas económicas que habitualmente se suponen a los enlaces entre países. También es nuevo el énfasis que ambos líderes pusieron en el desarrollo coordinado de sus puertos y comunicaciones anexas, a fin de potenciar la Península como gran acceso comercial europeo.

Pero en esencia, la cumbre se limitó a reconfirmar, con la importante corrección del MIBEL, los compromisos heredados de los gobiernos precedentes. Y a aclarar el panorama político para facilitar la relación futura entre dos líderes y dos partidos políticos, el socialista español y el socialdemócrata portugués, que han mantenido posiciones divergentes sobre Europa, Irak y las relaciones con EE UU.

Las diferencias sobre el primer tema se han suavizado mucho, porque Santana es menos monetarista que Durão y este mismo ha flexibilizado sus criterios económicos desde que accedió a la presidencia de la Comisión. Las relativas al segundo aspecto, se mantiene intactas, pero, como ya ocurrió cuando Zapatero visitó Lisboa el pasado mayo, ambas partes se han empeñado en que no afecten a las imprescindibles buenas relaciones.

"Portugal va a honrar a sus compromisos . No voy a hablar yo de lo que ha pasado en España, pero el presidente Zapatero tomó una decisión en función de sus compromisos", comentó Santana, aludiendo al compromiso electoral del PSOE.

Ambos coincidieron en la necesidad de buscar la paz y la estabilidad de Irak, y en que la ONU asuma el papel central del proceso. También colaborarán en la ratificación de la Constitución europea, en que la reforma del Pacto de Estabilidad sea rigurosa y se coordinarán para desarrollar una posición común -"incluso por escrito", puntualizó Zapatero- sobre la financiación de la UE en el sexenio 2007-2013.

Zapatero y Santana, en Santiago de Compostela.
Zapatero y Santana, en Santiago de Compostela.REUTERS

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